LAS ESTACIONES DE LA CRUZ – FALSIFICACION DE ROMA
“Las ‘Estaciones de la Cruz’ es una forma de devoción que
consiste en seguir la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, recordando los
catorce eventos más prominentes que ocurrieron desde el juicio ante Poncio
Pilatos hasta la muerte en el Monte Calvario y su sepultura. Las únicas
condiciones que se requieren para ganar las indulgencias de las Estaciones de
la Cruz son meditar en la pasión, e ir de estación en estación, si es posible.
No se requiere de ninguna forma de oración.
LAS ESTACIONES DE LA CRUZ DE ROMA
Primera Estación: Jesús es condenado
a muerte.
Segunda Estación:
Jesús carga con la cruz.
Tercera Estación:
Jesús cae por primera vez.
Cuarta Estación: Jesús encuentra a
su Santísima Madre.
Quinta Estación: Simón el Cirineo le
ayuda a llevar la cruz.
Sexta Estación: La Verónica limpia
el rostro de Jesús.
Septima Estación: Jesús cae por segunda vez.
Octava Estación: Las mujeres de
Jerusalén lloran por Jesús.
Novena Estación: Jesús cae por
tercera vez
Decima Estación:Jesús es despojado de sus
vestiduras.
Undécima Estación:
Jesús es clavado en la cruz.
Duodécima Estación:
Jesús muere en la cruz.
Decimotercera Estación: El cuerpo de Jesús es bajado de la cruz.
Decimocuarta Estación: El
cuerpo de Jesús es colocado en el sepulcro.
(Outlines of the Catholic Faith, Nihil Obstat: George J. Ziskovsky, Censor Deputatus, Imprimatur: John R. Roach, D.D. Archbishop of St. Paul and Minneapolis, 1980).
COMPARACION
DE ESTAS ESTACIONES CON LAS ESCRITURAS
Estas 14 Estaciones de la Cruz están supuestas a recordar
los “eventos más importantes” que sucedieron en el trayecto que recorrió
nuestro Señor hasta el Calvario. ¡El único problema es que muchos de esos
“eventos” NUNCA sucedieron! Para tener una narración bíblica de lo que
realmente sucedió, citemos a los cuatro evangelios concernientes a este tema y
veamos qué fue lo que realmente ocurrió.
“Después de
haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le
llevaron para crucificarle. Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que
se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz. Y cuando llegaron a
un lugar llamado Gólgota, que significa: Lugar de la Calavera, le dieron a
beber vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso
beberlo. Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos,
echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre
sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. Y sentados le guardaban allí.
Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS
JUDÍOS. ” (Mateo 27:31-37)
“Después de
haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios
vestidos, y le sacaron para crucificarle.
Y obligaron
a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro
y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz. Y le llevaron a un
lugar llamado Gólgota, que traducido es: Lugar de la Calavera. Y le dieron a
beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó. (Marcos 15:20-23)
“Y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y
homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos. Y
llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que
venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y
le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían
lamentación por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de
Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros
hijos. Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles,
y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron. Entonces
comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados:
Cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no
se hará? Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser
muertos. Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron
allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda” (Lucas
23:25-33)
“Así que entonces lo entregó a ellos
para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron.”
“Y él, cargando su cruz, salió al
lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; y allí le crucificaron, y
con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.” (Juan 19:16-18)
Retrocedamos y comparemos las “Estaciones de la Cruz” con
la palabra de Dios y veamos cuantas veces Roma ha pervertido la verdad
concerniente a los “eventos” que ocurrieron.
La primera “estación” es
correcta… Jesús fue condenado a muerte.
La segunda “estación” dice
que Jesús cargó su cruz solo, pero Mateo dice:
“Y CUANDO SALIAN, hallaron a un hombre de Cirene que se
llamaba Simón; a éste obligaron a que
llevase la cruz.
Tres de los cuatro evangelios confirman que Simón fue
obligado a llevar la cruz tan pronto como salieron. Juan no menciona cuando.
En la tercera “estación” se
nos dice que Jesús cayó, y no solo en la tercera “estación”, sino también en la
séptima y la novena, haciendo que Jesús cayera tres veces. ¡Eso no fue lo que
ocurrió! No hay evidencia de que Jesús cayera. A menudo, he oído a católicos
bien intencionados que me han dicho que no me desanime por mis errores,
“Después de todo, hasta Jesús cayó tres veces”. Hoy yo le puedo decir
honestamente a un católico… “¿Dónde encontraste eso en la Escritura?” ¡Usted se
sorprendería de la cantidad de católicos que no saben esto! Mis queridos amigos
católicos, no fue Jesús quien se cayó en el Calvario… fue Satanás.
En la cuarta “estación” debemos
meditar en como Jesús se encontró con su “afligida madre”. Nuevamente, la
Biblia no da información de ningún encuentro como este.
La quinta “estación” está
fuera de lugar como ya hemos mostrado.
En la sexta “estación”
Roma hace una declaración muy inusual. Ella dice que una mujer llamada Verónica
limpió la cara de Jesús, y como recompensa, El le dejó Su cara impresa en la
ropa. Por supuesto, de acuerdo a la Escritura esto nunca sucedió. ¿Y de donde
sacaron esta historia fantástica? La Enciclopedia The Catholic People’s,
Vol.3, 1052 dice:
“SANTA VERONICA. De acuerdo a la tradición, la mujer que
limpió el rostro de Cristo cuando este cargaba su cruz hacia el Calvario se
llamó Verónica. El mismo nombre se da a veces a la mujer que nuestro Señor curó
(este evento se describe en el capítulo 5 del evangelio de Marcos). EN NINGUN
CASO ESTA TRADICION ESTÁ APOYADA POR ALGUNA EVIDENCIA HISTORICA, ni tampoco es
mencionada en la lista de santos de Roma llamada Martirología”
(Enfasis mío).
Sabiendo que no hay ninguna “evidencia histórica para
esta fantástica historia, Roma va mas allá para mantener esta fabula de una
“Santa” la cual es creída por la gente. La Enciclopedia The Catholic People’s,
Vol.2, pág. 540 dice:
“El ‘Santo Rostro’ de Verónica: El velo con el cual (de
acuerdo a la tradición que forma parte del tema de la Sexta Estación de la
Cruz) una mujer piadosa limpió el rostro de Jesús en su camino al Calvario, y
en el cual permanece la imagen de su rostro sufriente. Se conserva en la basílica
de San Pedro y es la tercera pieza de las grandes reliquias que Roma posee. Se
venera públicamente los últimos cuatro días en la Semana Santa, el domingo de
Pascua, en la ocasión de cerrar la Santa Puerta en los años de jubileo. El
nombre ‘Verónica’ podría ser una combinación del Latín vera (verdad), y el
Griego eikon (retrato), y luego se pensó erróneamente
que era el nombre de la mujer que tenía el velo. Hay otra ‘Verónica’ en la
Basílica Luterana; ES IMPOSIBLE DETERMINAR CUAL DE ESAS DOS RELIQUIAS ES
AUTENTICA. Hay muchas réplicas en existencia.
Santa Teresa de Lisieux es usualmente representada con un velo de Verónica
porque ella tenía una gran devoción al Santo Rostro, y añadió ‘y del Santo
Rostro’ a su nombre de Teresa por el Niño Jesús’ (Énfasis mío)
Teniendo en mente que ellos admiten que no existe ningún trasfondo
histórico para esta fábula, todavía nos piden que oremos ante esta imagen:
“Mi tierno
Jesús, que te dignaste en imprimir Tu sagrado rostro en la ropa con la cual
Verónica limpió el sudor de Tu frente, imprímelo profundo en mi alma, Te ruego,
el último recuerdo de Tus amargos sufrimientos. Nuestro Padre… Saluda a María…
Gloria sea al Padre…”
La séptima “estación”, nunca
sucedió.
La octava “estación” es
correcta, a pesar de que puedo decir honestamente que en 30 años de experiencia
que tengo, nunca supe qué respondió Jesús. La oración común Católica dice (no
es necesario decir esta oración, pero se recomienda):
“Mi Jesús,
quien confortó la piadosa mujer de Jerusalén, quien lloró al verte magullado y
rasgado, conforta mi alma con tu tierna piedad, porque en tu piedad tengo mi
confianza. Que mi corazón siempre responda al tuyo. Nuestro Padre… Saluda a
María… Gloria sea al Padre…”
Pero ¿los confortó Jesús? ¿No les advirtió él al
contrario? Veamos nuevamente lo que Jesús le dijo a la mujer de Jerusalén que
lloraba:
“Pero
Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por
vuestros hijos. Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las
estériles, y los vientres que no
concibieron, y los pechos que no
criaron. Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. Porque si en el
árbol verde hacen estas cosas, ¿en el
seco, qué no se hará?”
La novena “estación” nunca
sucedió, pero de la décima a la catorceava “estación” sí fueron reales.
Así que, tenemos cinco de catorce “estaciones” que son
mentiras, y dos de ellas están fuera de contexto. Sin embargo, a los Católicos Romanos se les dice que oren la siguiente oración
antes de caminar por las “Estaciones de la Cruz”:
“Mi Madre celestial, María, en unión contigo voy por la
Vía Dolorosa por la que has caminado tantas veces. Es posible que mi corazón no
se encienda cuando pienso en las lágrimas que vertiste al recordar los
sufrimientos de Jesús, y cuando entiendo el ardiente amor que inflamó tu
corazón por Dios y por todos sus hijos. Oh Madre de Amor, me entrego a ti para
compartir los sentimientos de tu corazón. No sufras el que yo permanezca sin
sentir al ver los muchos sufrimientos e insultos que llevaste por mí. Cambia mi
corazón, o en cambio dame el tuyo, que contigo y por medio de ti yo pueda tener
verdadera compasión por Jesús quien sufrió tanto por mí, para que me arrepienta
de mis pecados, y de aquí en adelante amarle más sinceramente. Te ruego, oh
Madre, que apliques las indulgencias que deseo ganar, al alma de…y
especialmente a las almas más olvidadas.” (http://www.catholic.org/prayer/station.html)
La oración que acabamos de ver “A MARIA” es sólo un ejemplo más de la usurpación blasfema del
oficio del Espíritu Santo. María no puede “cambiar mi corazón”, solo Dios puede
crear un corazón limpio en el hombre.
En todos los escritos del Catolicismo, encontramos partes
verdaderas y partes falsas, fábulas intricadamente enlazadas con la verdad,
como dice claramente 1ra. Juan 2:21:
“No os he
escrito como si ignoraseis la verdad,
sino porque la conocéis, y porque
ninguna mentira procede de la verdad.”
(Énfasis mío)
Por Rebecca A. Sexton,
Ex-Católicos Para Cristo
CONCLUSION
También, nuevamente la Iglesia Católica Romana es
culpable de “añadirle a” la Palabra de Dios. ¿Qué dice Dios de añadirle a Su
preciosa Palabra? “Toda palabra de Dios es limpia... No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado
mentiroso.” [Proverbios 30:5-6; vea también Deuteronomio 4:2; 12:32;
Apocalipsis 30:6]
Examine este pasaje una vez más, cuidadosamente – se dará
cuenta que cualquiera que “añada” a la Palabra de Dios será hallado mentiroso. La Iglesia Católica Romana le ha añadido enormes
cantidades de doctrina a la Palabra de Dios en los últimos 1,200 años, a esas
añadiduras se les conoce con el nombre de: Tradiciones de la Iglesia. No se
deje engañar – Sola Scriptura.
Su preciosa
alma depende de que usted siga solamente la Palabra de Dios. No espere encontrarse
cara a cara con Jesús en el Juicio para descubrir esto, porque entonces será
demasiado tarde, eternamente tarde. Si usted siente al Espíritu Santo hablando
a su corazón en este momento, revelándole la verdad que acabo de describirle,
entre a la Página de Salvación para que descubra la forma simple que Jesús
dio para tener vida eterna.
Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha comprendido
Su realidad y quiere aceptar Su Regalo GRATIS de Vida Eterna, usted también
puede hacerlo ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez que lo acepte
como Salvador, usted ha Nacido de Nuevo espiritualmente, y tendrá
el Cielo tan asegurado como si ya estuviera allí. Entonces, podrá
descansar seguro de que nada le podrá dañar espiritualmente.
También conocerá la mayor paz de corazón que el grandioso
Dios puede dar a uno de sus hijos.
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