CEGUERA 20/10

 

Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.Isaías 45:22 (Biblia Reina Valera)

Se dice que la vista normal es 20/20. Esto significa que el individuo tiene la capacidad de ver claramente un pequeño detalle desde una distancia de 20 pies. Pero es posible tener una vista “perfecta” de 20/10—la habilidad de ver desde 20 pies lo que una persona promedio ve desde 10. Y por eso es que yo escogí la paradoja obvia para el título de este artículo y poner al reverso unos términos para ilustrar la incapacidad perfecta del hombre no regenerado para ver verdades espirituales.

 

El Dios de la Biblia—YAHVE—de ha dicho a la humanidad completa que “mire a” El para salvación porque todos esos otros tal llamados “dioses” son falsos. Los ídolos no son más que representaciones de deidades imaginarias que brotan de la mente humana, ¡pero Satanás es un maestro engañando a las masas a que lo adoren con poder a través de ellas! Y por lo tanto tenemos un mundo lleno hasta los bordes de personas quienes están ciegas a verdades espirituales.

 

Un incidente tomó lugar durante el ministerio terrenal del Señor Jesucristo (Yahvé encarnado) que ilustra vívidamente este principio. En el capítulo nueve del Evangelio de Juan vemos al Señor “llevando a” los Fariseos a exponer su increíble ceguera espiritual. El hizo eso restaurando la vista de un hombre que era físicamente ciego de nacimiento. No se nos da la edad exacta del individuo, pero sabemos que “tenía edad” (v.21 y 23) —o sea, un adulto. Se nos dice también que la restauración de su vista no fue notada solamente por aquellos quienes eran sus vecinos (v.8), sino también otros que lo conocía por ser un mendigo. Por lo que es totalmente probable que hubiera unas cuantas personas que estaban involucradas en la emoción alrededor de su recién encontrada habilidad de ver.

 

Por supuesto esto no pasó desapercibido ante los Fariseos, especialmente cuando se enteraron que el hombre estaba afirmando que la restauración de su vista era una obra milagrosa de Jesús de Nazareth. ¡Y ellos no iban a permitir que esa afirmación quedase sin ser desafiada porque solo Dios podría hacer tal cosa! Así que se abalanzaron sobre el hombre insistiendo que explicara lo que le había sucedido. Pero cuando sus respuestas no llenaban sus requisitos para creer, comenzaron a asediar a sus padres—quienes luego los devolvieron hacia el hijo, insistiendo que tenía edad suficiente para hablar por si mismo. Ellos sabían muy bien que había ocurrido un milagro, pero tenían miedo de decirlo porque significaría ser expulsados de la sinagoga por los Fariseos. Esa táctica, si fuese empleada por el liderazgo espiritual, tendría toda la intención de hacer de el una especie de “non-persona” porque tanto el hombre como la esposa serían aislados como consecuencia. Nadie les vendería alimento o les proveería de refugio, por lo que eso significaría dejar todo atrás y mudarse a otro país.

 

Entonces cuando el “interrogatorio en la silla caliente” fue dirigido de vuelta al hijo, los Fariseos hicieron todo a su alcance para hacerlo negar que la restauración de su vista fuese una sanación milagrosa. Pero en realidad ellos estaban mucho más interesados en probar que Jesús no lo hizo que descartar el milagro en si mismo ¿Por qué supone usted que ellos fueron tan vehementes en su oposición? La respuesta se encuentra más atrás en el capítulo ocho cuando el Señor les hizo las siguientes declaraciones a ellos como grupo:

 

Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.Juan 8:24 (RV).

En este discurso El hizo la afirmación inconfundible de que El es Dios

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Juan 8:58

Las palabras traducidas como “Yo soy” son ego eimi en el griego original y tienen un significado literal de “Yo existo”—la cual los Fariseos entendieron correctamente como una afirmación de que El era Dios, ¡Aquel que es único y auto-existente! Luego su respuesta inmediata era de tratar de matarlo porque ellos pensaron que El había blasfemado:

Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue. Juan 8:59

¡Y Su “escape” también fue milagroso! La palabra traducida “escondió” (en la frase “Jesús se escondió”) es muy interesante, es la palabra griega krypto—la cual significa literalmente “ocultar”. Nuestra palabra en español criptografía se deriva de krypto y se refiere a ocultar mensajes por el uso de códigos secretos. Por lo que cuando vemos la oración completa en su contexto, encontraremos que el Señor no corrió y se escondió meramente de ellos. Dice que El “se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos…!!” Nótese que “se escondió (y) salió del templo, (punto y coma) atravesando por en medio de ellos.” Una cadena de eventos se resalta por el “y” y por la coma. Primero se ocultó a Si mismo, luego El salió del templo y en el proceso de hacerlo atravesó justo por en medio de todos ellos. Por lo tanto, ¡la única explicación creíble es que El simplemente desapareció y se alejó caminando ileso!

Y este no fue un incidente aislado, porque en por lo menos otra ocasión lo mismo sucedió cuando una multitud airada trató de matarlo:

 

“y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue.” Lucas 4:29-30

 

¿De qué otra forma hubiera El podido eludir las intenciones homicidas de estos dos grupos de personas tan fácilmente? ¿Y no sería bastante obvio que aquellos presentes serían dejados perplejos y preguntando,“¡¿¿¿Y a dónde se fue???!”  Por lo tanto, solo responde a la razón que algunos entre ellos se dieron cuenta que Su desaparición fue milagrosa.

 

El punto que trato de establecer es que durante la duración completa de Su ministerio terrenal el Señor Jesucristo realizó un milagro tras otro para probarle a todo aquel quien tuviese un cerebro que El era Dios. Pero aquellos que están muertos espiritualmente son esclavos de Satanás y están “perfectamente ciegos” a tal verdad. Y cuando nos referimos de vuelta a la sanación del hombre ciego en Juan capítulo nueve veremos el principio demostrado en las acciones de los Fariseos.

En el versículo 24 se dan cuenta que están “llegando rápidamente a la nada”, por lo que dejan de cuestionar a los padres y convocan al antes ciego hijo, por segunda vez. Entonces en un cambio de tácticas ellos le exhortan a alabar a Dios por Su sanidad porque “sabemos que ese hombre (Jesús) es pecador”. Ellos estaban forzados a admitir que el milagro era genuino, pero querían que el estuviese de acuerdo con ellos en que Jesús era un pecador (infiriendo que el no era Dios). Sin embargo, las respuestas con sentido común que ellos recibieron de el debieron sacudirlos hasta las profundidades de su ser:

 

“Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.” Juan 9:25

 

En otras palabras, “Ustedes pueden romper cabezas si quieren, pero ¡yo se que Jesús me sanó de mi ceguera!” Por lo que eso llevó a más preguntas sobre como fue hecho—preguntas que eran irritantes porque el ya las había respondido durante el primer interrogatorio. Luego en un ejemplo clásico de “la perfecta aplastada”, ¡el les preguntó si la repetición de sus preguntas indicaban que ellos querían convertirse en discípulos de Jesús también! Por supuesto que ya eso fue la gota que rebosó la copa y ellos respondieron airadamente que ellos eran discípulos de Moisés—a quien Dios habló cara a cara (Ex.33:11)—pero ellos no sabían de donde vino “ése” (Jesús). A esto el dio una respuesta que solo pudo haber venido del Espíritu Santo y le volcó las mesas a sus inquisidores:

“Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer” Juan 9:30-33

La lógica era sin falla e irrefutable. Pero en vez de reconocer que ellos habían sido vencidos por un “hombre sin educación”, los Fariseos respondieron diciendo:

 

“…Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron.” Juan 9:34

 

Por su perfecta ceguera espiritual 20/10, ellos lo expulsaron de la sinagoga e impusieron sobre el la vida de un desterrado. Pero después el Señor vino a el y le reveló que El no meramente venía “de Dios”, sino que de hecho era el mismo Hijo de Dios. Y en ese punto el hombre ejerció una fe genuina y recibió a Jesús como Su Salvador:

Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró. Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados. Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos? Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece. Juan 9:35-41

El punto que no podemos dejar de ver aquí es que el Señor no solo le dió al hombre la visión física, sino también visión espiritual. Antes de la sanidad milagrosa el—como todo hombre nacido en este mundo—estaba muerto espiritualmente (Efesios 2:1), totalmente incapaz de entender aquello que se ha de discernir espiritualmente (1 Cor. 2:14), y no podía agradar a Dios (Rom. 8:8-9) ¿Entonces dónde se originó su fe?

“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” Romanos 12:3

“y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe.” 2 Tesalonicenses 3:2

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. Gálatas 5:22-23

De acuerdo a estos versículos nosotros no vinimos a este mundo poseyendo una fe innata y si fuésemos a recibirla, Dios debe intervenir por nosotros para suministrarnos la cantidad que El ha ordenado que tengamos. Luego es nuestra responsabilidad de usarla para Su honra y gloria.

Es un principio bíblico que aquel a quien mucho se le da, mucho se le demanda (Lucas12:48). Así que, ya sea una fe grande o mínima, ¡para recibir una recompensa completa en el Tribunal de Cristo debemos aprovechar al máximo lo que El nos da!

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6

¿Tienes fe realmente?¡Si la tienes otros serán capaces de verla en acción! El hombre a quien Jesucristo sanó de la ceguera demostró la realidad de su fe recién adquirida al permanecer firme ante los Fariseos—los líderes religiosos más poderosos e influyentes políticamente de sus días. Y aunque la confrontación resultó en convertirlo en un desterrado, el ganó el más grande Amigo que alguien pudiese tener.

 

¿Es El tu amigo? 

 

Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha sido muy tibio en su caminar espiritual con El, usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. El lo perdonará instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.

Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a El como Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.

Si a usted le gustaría Nacer de Nuevo,  vaya ahora a nuestra Página de Salvación .

Esperamos que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del Anticristo-en sus  noticias diarias.
 

Finalmente, nos encantaría saber de usted. Puede enviarnos un E-Mail a 

Dios le bendiga.


 
Vuelva al índice de Artículos Pastorales