TITULO: ¿QUE ES LA VIDA?

Subtítulo: ¡Que No Te Agarren Muerto Sin Ella!

¿Alguna vez te has preguntado, al igual que yo, en qué realmente consiste la vida? ¿Y qué es esta “cosa” maravillosa a la que nos referimos como “vida”? ¿Es la respiración de donde emana la vida? No, porque las plantas no respiran en el mismo sentido que lo hacen los animales—pero definitivamente ellas poseen vida y mueren cuando pasan cierta etapa de crecimiento, o son cortadas y arrancadas de sus raíces. Los científicos están constantemente descubriendo organismo que literalmente rebosan con vida y a pesar de todo este basto y creciente conocimiento, la ciencia aún no nos ha dado una definición precisa de lo que es el origen o el destino de esta fuerza misteriosa. Básicamente la reconocemos cuando está presente, hemos aprendido a mantenerla hasta cierto punto, y sabemos cuando se va—pero su naturaleza exacta es todavía un gran misterio para aquellos que no creen en Dios como el Creador y sustentador de la vida. En un esfuerzo para tratar de definirla, los hombres han elaborado algunas condiciones que deben darse para decir que está presente. Estas pruebas realmente conllevan a actividades que han sido observadas en varios seres vivientes, tales como: Crecimiento y nutrición, reproducción, respuesta a estímulos externos—se le refiere como "irritabilidad" (que debe probar que estoy vivo, porque a veces me vuelvo bien irritado) —movimiento, y otros. Obviamente todas estas pruebas no pueden ser logradas en la mayoría de las plantas porque ellas no van a responderle al estímulo y no se mueven—pero definitivamente están vivas. Esta ausencia de conocimiento definitivo concerniente a la “vida” encontró su punto más bajo en las conclusiones totalmente ridículas de Darwin en su obra "El Origen de las Especies" y la pseudos-ciencia subsiguiente de la teoría evolucionista. Es como “agarrarse de un hilito” por parte de aquellos que están absolutamente decididos a no creer en Dios y Su explicación sobre la creación y la vida encontrada en la Biblia. Si ellos insisten en no creerle al relato bíblico, es desafortunado, pero yo no voy a discutir con ellos porque después de todo el creer involucra el tener fe. Sin embargo, cuando ellos la enseñan en sus escuelas como una realidad (y ni siquiera es una teoría viable), ¡eso me molesta fuertemente! Sí, creer en la creación requiere de fe— ¡pero la evolución también! De hecho, creer en la evolución requiere una fe totalmente ciega—una que es distraída hacia y desprovista de sentido común—sin mencionar una que viola toda regla de investigación científica enseñando como real una teoría fallida. El universo no contiene suficientes ceros para expresar las probabilidades en contra de la generación espontánea de la vida. Los físicos y matemáticos expresan como “absurdas” cualquier probabilidad por encima de uno a diez a la quincuagésima potencia. En otras palabras, por encima de ese extremo eso no va a suceder. Las probabilidades contra la generación espontánea de vida han sido calculadas y expresadas en potencias que van hacia los miles— ¡números que son verdaderamente astronómicos! Francamente, me parece que la creencia en Dios como el Creador ¡es mucho más fácil de aceptar que la noción ridícula de que todas las cosas vivientes "evolucionaron"!

A continuación, debemos señalar que uno de los crímenes más deshonestos e intelectualmente indefendibles que se están cometiendo hoy es el asesinato de bebés no nacidos. El propósito de este sermón no es el de predicar sobre el aborto, sino sobre el hecho de que ¡esos que enseñan que estos bebés no comienzan a vivir sino hasta después de nacer, deberían saber mejor que eso! Desde el mismo momento de la concepción, todo parámetro de la vida está presente con el feto y uno no tiene que ser un “científico de primera” para ser capaz de entender un principio tan básico. De seguro Dios le tiene reservado una esquina caliente y especial a los que realizan los abortos (y muchos —sino casi todas—las mujeres que les permiten asesinar a sus bebés).

Esta cosa fascinante que llamamos vida continúa eludiendo las habilidades del científico para medir, cuantificar, y definir con precisión usando métodos puramente científicos. Es tan común y ya una parte tan grande de nuestra experiencia diaria que la mayoría de nosotros usualmente no nos pasamos una gran cantidad de tiempo contemplándola hasta que muere alguien (o una mascota) que amamos. Así como empieza misteriosamente la vida, así termina. En un momento tenemos a un humano, animal, planta u organismo viviente, y de repente la fuerza energizante que llamamos vida no está. Con todo su intelecto y entrenamiento, las mentes científicas más grandiosas que este mundo ofrece no pueden examinar los restos y decirle exactamente lo que falta. Ellos conocen por experiencia los síntomas, pero no el origen ni el destino. Solo la eternidad revelará el tiempo, energía, esfuerzo y dinero que ha sido gastado por aquellos que tratan de duplicar dentro de un tubo de prueba lo que solo Dios puede producir.

¿Qué es la vida? La Biblia nos responde este enigma en una forma muy clara y directa. Por favor, mire conmigo el Evangelio de Juan, capítulo 11 versículos 25 y 26, donde el Señor Jesucristo está consolando a Marta, la hermana de Lázaro quien acaba de morir:

“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto,  vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí,  no morirá eternamente.  ¿Crees esto? (RV-1960, énfasis mío).

Encontramos un pasaje paralelo en Juan capítulo 14 versículo 6:

“Jesús le dijo: Yo soy el camino,  y la verdad,  y la vida;  nadie viene al Padre,  sino por  mí.” (RV-1960, énfasis mío).

En estos dos textos, la palabra traducida como “vida” es la palabra griega “Zoe”, la cual es la palabra usada para vida en el sentido que ahora estamos considerando. En otras palabras, Jesucristo nos está diciendo que El, El mismo, es la esencia misma y personificada de la fuerza de la vida. Todo y toda persona en este planeta que esté “vivo(a)”, lo está por virtud de la soberanía del Dios Todopoderoso. El la da, la sostiene, y causa que funcione o que deje de funcionar. Aquellos que niegan la realidad de aquello que es sobrenatural (y la vida misma ciertamente lo es), lo hacen a pesar de toda la evidencia. Como expresa el dicho: “¡No pueden ver el bosque por los árboles!”

Hasta este punto hemos estado discutiendo la vida física, de la cual son participantes todas las cosas vivientes. Pero hay otra vida que es infinitamente más misteriosa y cuya misma existencia ha sido debatida a través de los anales del tiempo. Por supuesto eso es la vida espiritual—vida eterna—vida en Jesucristo. Quiero que vuelvan su atención a Juan 14:6 citado anteriormente, donde el Señor afirma que El es el Camino, la Verdad, y la Vida. Jesucristo, el Hijo de Dios, no es un camino a la vida eterna (vida espiritual) —como si hubieran muchos. No, solo hay un camino, una forma de acercarse a Dios, y es a través de Cristo. Adicionalmente, en Mateo 7:14, el Señor nos dice que la puerta—la entrada (hablando de Sí mismo) —de este camino es estrecha:


”Porque estrecha es la puerta,  y angosto el camino que lleva a la vida,  y pocos son los que la hallan.”

Las religiones del mundo—los "ismos"—nos quieren hacer creer que hay muchas formas de alcanzar la vida eterna, pero la Cristiandad permanece proclamando que hay solamente un camino. Lo tenemos de la autoridad de nada menos que Dios mismo que nos da la vida espiritual—vida eterna—es un don que solo El puede otorgar y ningún deseo y/o obras (s) de nuestra parte hará que el cambie Su decisión. Fíjese también que solo unos pocos—hablando relativamente—serán salvos. La intolerancia es una peculiaridad que el mundo procura evitar, pero el camino a la vida eterna demanda que enfoquemos nuestra atención sobre Cristo. El es el camino y no hay otro. El no solo es el camino, El también es la verdad. Los filósofos han estado buscando la verdad absoluta durante el mismo tiempo que han existido mentes para ponderarlo y será encontrado solo en Cristo. Poncio Pilato, antes de permitir la crucifixión, preguntó retóricamente, "¿Qué es la verdad?" ¡El no sabía o entendía que el estaba literalmente en la presencia de la verdad personificada! Jesucristo—el Hijo de Dios—ha hablado sencillamente la verdad absoluta e inalterable de que la vida eterna con Dios el Padre solo se halla en El mismo. El es el camino y, para enfatizar el punto, El deja bien claro que ningún hombre puede venir a Dios de alguna otra forma.

¿Es usted personalmente un poseedor de la vida eterna? ¿Sabe usted más allá de toda duda que usted ha “pasado de muerte a vida” (Juan 5:24)? En 1 Juan 5:13, el apóstol Juan afirma claramente que lo que el ha escrito estaba intencionado a ser una “prueba” para que alguien pueda saber que poseían vida eterna:

 

“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna,  y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”

Así como los científicos han desarrollado pruebas para determinar si la vida física está presente en humanos, animales, plantas, y otros organismos, la Biblia también tiene algunas “pruebas”. En el libro de 1 Juan, una de las principales cosas a las que se les hace mayor énfasis es al amor a los hermanos. Si usted ama al pueblo de Dios y tiene un deseo constante de estar con ellos—esa es una muy buena señal de que usted tiene el Espíritu Santo morando en usted y posee vida eterna. También ahí encontramos la verdad de que los cristianos verdaderos están conscientes de sus pecados y se los confiesan a Dios. Aquellos quienes insisten en que ellos no pecan están ciegos a la verdad y el Espíritu Santo no mora en ellos. En Gálatas 5:22-23 leemos lo siguiente:

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,  bondad,  fe, mansedumbre,  templanza;  contra tales cosas no hay ley.”

¿Ven otros la evidencia de estas características en tu vida—en algún grado? (Esto no es para decir que usted no pueda ser débil en algunas áreas, pero en general las peculiaridades están ahí.) Solo el Espíritu Santo puede generar estas cosas en tu vida y si están presentes, ¡El está presente en usted! Otra cosa que quiero señalarle a aquellos quienes podrían estar cuestionando su salvación es sobre la Palabra de Dios. ¿Usted la entiende básicamente? ¿Le habla a su corazón y le condena de pecado? Si le es literalmente demasiado griego y hebreo, usted no tiene vida eterna. La Biblia dice de sí misma que es incomprensible a la mente no regenerada. Mire en 1 Corintios 2:14:

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,  porque para él son locura,  y no las puede entender,  porque se han de discernir espiritualmente.”

Por lo tanto, si la Biblia tiene sentido para usted y le habla a su corazón—usted posee vida eterna y es un hijo de Dios. Un amor hacia los creyentes y un deseo de tener comunión con ellos—más la evidencia del Espíritu Santo obrando en su vida—más el tener un entendimiento de lo que enseña la Biblia, todo resulta en usted estar a salvo en los brazos de Jesucristo. Sin embargo, nunca debemos concluir que estamos a salvo y bajar la guardia y volvernos haraganes espiritualmente. No, debemos “hacer firme nuestra vocación y elección” (2 Pedro 1:10), “crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo” (2 Pedro 3:18). Satanás es nuestro adversario y no quisiera nada mejor que confundirnos y herirnos en lo que concierne a nuestra salvación y caminar con Cristo. El no puede reclamarnos como suyos, pero de seguro el puede hacer la vida miserable para nosotros. Los estrategas militares enseñan que ¡un soldado enemigo herido es mucho más importante desde un punto de vista estratégico que uno muerto! Una vez se haya determinado que un soldado está muerto, se le deja al equipo de “tumbas y registro” para que lidien con eso más tarde. Soldados heridos, sin embargo, son un asunto totalmente diferente. Ellos requieren atención inmediata y constante, por parte de un personal de apoyo. Sus “primeros auxilios” y evacuación de la zona de guerra acapara al personal de combate. Mientras más heridas son inflingidas, más tropas de combate son involucradas y por lo tanto no están disponibles para pelear. Cuando el diablo es capaz de encontrar a un cristiano, ese individuo ya no está en la pelea y a menudo ¡acapara a pastores y amigos en sus esfuerzos de ofrecer “primeros auxilios” espirituales! Una especie de victoria es alcanzada por el enemigo—y muchas veces es el resultado de una simple falta de conocimiento por parte de la víctima.

Si usted toma “pruebas” espirituales y las falla—teniendo que admitir honestamente que las características requeridas no son encontradas en tu vida— ¿entonces qué? Si usted desea la salvación, el siguiente paso es el darse cuenta y admitirse a sí mismo que usted está—como lo pone la Biblia—perdido y en sus pecados, no perdonado por Dios y bajo Su ira, para cambiar esa situación, usted debe creer. Usted tiene que clamarle a Dios, confesar su pecado y admitir que no tiene mérito alguno ante El, y arrepentirse—lo que significa que usted debe darle la espalda a su pasado pecaminoso y entonces comenzar a vivir para Cristo. Usted debe pedirle Su perdón y entregarse totalmente y sin reservas a Su gracia y misericordia. Creer genuinamente en la obra sacrificial de Jesucristo envuelve todas estas cosas y no debe ser tomado a la ligera. El simplemente caminar por el pasillo de una iglesia, darle la mano al predicador y ser aceptado en la membresía no es salvación. La confirmación no es salvación. Ser una “buena” persona y vivir una “buena” vida no es salvación. Obtener vida eterna es salvación y solo puede ser alcanzada a través de la Persona y obra de Jesucristo. Para que un pecador se convierta en un santo, el debe “nacer de nuevo”, (literalmente “nacido del cielo”) sobrenaturalmente a través del poder del Dios Todopoderoso y el solo es un participante indefenso en el proceso.

El ignorar la salvación de Dios e intentar “lograrlo bajo sus propios términos es una estupidez absoluta. Si hubieran otras formas posibles de obtener la vida eterna (los “ismos” enseñan que hay muchas formas de alcanzar la vida a través de buenas obras, etc., pero estas formas están en un conflicto directo con la Biblia), sería diferente. Pero la Palabra de Dios dice que solo hay una. Mi consejo para usted es que “busque a Jehová mientras puede ser hallado,  llámele en tanto que está cercano.”(Isaías 55:6). No deje esta vida sin vida eterna, porque el lago de fuego está esperando a aquellos que se van sin ella.

 

 Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha sido muy tibio en su caminar espiritual con El, usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. El lo perdonará instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.

Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a El como Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.

Si a usted le gustaría Nacer de Nuevo,  vaya ahora a nuestra Página de Salvación .

Esperamos que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del Anticristo-en sus  noticias diarias.
 

Finalmente, nos encantaría saber de usted. Puede enviarnos un E-Mail a 

Dios le bendiga.


 
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