¡Jesucristo
es el Señor, y El reina sobre todo! Sea que reconozcamos
esta verdad o no – y la mayoría no – El se mantiene siendo
poderoso, e invencible Gobernador del Universo.
No
importa que los “sabios de esta era” inventen respuestas alternativas
al origen de la vida. Dios sigue siendo “Señor del cielo
y de la tierra” – nuestro eterno Creador y Proveedor quién
“da vida y aliento a todas las cosas”
Hechos 17: 24-25
Las
escuelas públicas podrán sacar Su verdad y prohibir
orar, peor no pueden cambiar Su realidad. EL Señor, quien
hizo la tierra y todas sus criaturas, continua guardando, sosteniendo
y utiliza todas las cosas para Su propósito eterno.
“El
es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda
creación. Porque en él fueron creadas todas las
cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles
e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en
él subsisten” Colosenses
1: 15-17
Los
medios podrán negar su existencia y burlarse de Su amante
presencia con aquellos que confían en El, pero la verdad
aun se mantiene: “Porque en él vivimos, y nos movemos,
y somos” Hechos
17: 28
Los
dirigentes de la iglesia post moderna podrán reinventar
tanto a Dios como Su evangelio, pero no pueden tocar a nuestro
incambiable Señor, o sus verdades sin fin. “Yo soy el Alfa
y el Omega, EL principio y el final,” dice el Señor, “el
que es y que era y que ha de venir”
Apocalipsis 1:8
Cuándo
regrese – lo cual ciertamente hará – El lidiara con “los
impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente,
y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han
hablado contra él.” Judas 14-15. Muchos podrán reírse
ahora, pero no lo harán mas cuando enfrenten Su justicia.
“Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor.
Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.”
Hebreos 10: 30-31
Aun
así, los orgullosos lideres del mundo continúan
su antigua batalla en contra de este glorioso Señor del
cielo y de la tierra. Como antiguas naciones y reyes, ellos han
redefinido a Dios, borrado Sus verdades y han puesto estándares
que conformen nuestras creencias a sus contrarias visiones. Sin
embargo a pesar de nuestros tiempos cambiantes, “no hay nada nuevo
debajo del sol”, y la pregunta hecha por el Salmista hace ya 3000
años es relevante ahora como lo fue entonces:
“¿Por
qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas
vanas?
Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes
consultarán unidos
Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas.
El que mora en los cielos se reirá; El Señor se
burlará de ellos.”
Salmos 2: 1-4
Escépticos
siempre han querido conformar al Señor con sus visiones
de deidades benevolentes. Pero nuestro poderoso Señor no
es como Santa Claus, Hadas Madrinas, o “Espíritus Ayudantes”
del mundo o los Ángeles de la Nueva Era que dan favores
a sus ciegos seguidores. El no tolera el pecado, ni excusa nuestra
tibia fe o aceptación de esta creciente síntesis
religiosa. La relación entre el bien y el mal, verdad y
mito, Dios e ídolos es incompatible con Su reino.
“Yo Jehová”;
nos recuerda “este es mi nombre; y a otro no daré mi
gloria, ni mi alabanza a esculturas.”
Isaías 42: 8. El nos llama
a la fe y a la pureza, no a un compromiso o unidad no bíblica.
“No penséis
que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para
traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión
al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la
nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán
los de su casa. El que ama a padre o madre más que a
mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija
más que a mí, no es digno de mí; y el que
no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de
mí. El que halla su vida, la perderá; y el que
pierde su vida por causa de mí, la hallará.” Mateo
10: 34-39
Este mensaje talvez
no sea escuchado en las iglesias de buen sentimiento. La palabra
de Dios siempre ha ofendido a aquellos que prefieren trazar
su propio camino – o caminar el ancho, y popular carretera de
las masas. Es por eso que el Cristianismo Bíblico permanece
intolerable al mundo. Aquellos que confía en Jesús
como su Señor esperaran rechazo, no popularidad:
“Desde entonces
muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya
no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce:
¿Queréis acaso iros también vosotros? Le
respondió Simón Pedro: Señor, ¿a
quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres
el Cristo, el Hijo del Dios viviente.”
Juan 6: 64-69
Como Pedro. Debemos
seguir a Cristo, nuestro Señor. ¿A donde más
iremos? ¡Solo El es nuestra esperanza, nuestra suficiencia,
nuestra fuente de sabiduría, nuestra fuente de poder,
nuestra vida – ahora y siempre!
No es de sorprender
el clamor del corazón de Pablo en oración y aclamación,
“Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz
de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es
crucificado a mí, y yo al mundo.”
Gálatas 6: 14
“¡Oh
profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia
de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables
sus caminos! Porque ¿quién entendió la
mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?
¿O quién le dio a él primero, para que
le fuese recompensado? Porque de él, y por él,
y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria
por los siglos.” Romanos
11: 33-36
"Precioso y maravilloso Señor, rendimos
nuestras vidas a Tu soberana voluntad y cuidado. Te damos nuestros
corazones y voluntades, nuestro tiempo y talentos... todo lo
que somos y tenemos. Solo tu, nuestro Glorioso Señor
y Creador, sabes como podemos honrarte mejor e impregnar Tu
propósito en nuestras vidas. Así que llénanos
del conocimiento de (tu) voluntad y entendimiento y sabiduría
espiritual. A fin de que podamos caminar dignamente en Tu Grandeza
y Gloria – bendiciendo a otros a través de Tu gracia
que nos has dado. Gracias, querido Señor."
Referencias
Salmo 50:21; Jeremías
2:13; Eclesiastés 1:8; Juan 14:20-21;
1 Corintios 3:18-23; 2 Corintios 6:14-18; Colosenses 1:9-18;
2 Pedro 3:17-18; Apocalipsis 11:15, 17:14, 19:16