"Si
alguno tiene sed, venga a mí y beba." dice Jesus.
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior
correrán ríos de agua viva." Juan 7:37:39
¿Tiene
usted sed de Dios? ¿ Desea usted la abundante y rebosante
vida espiritual que El ofrece a los que confían y Le siguen?
Entonces escuche su invitación:
“A
todos los sedientos: Venid a las aguas y los que no tienen dinero,
venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio,
vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero
en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme
atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma
con grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí;
oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros
pacto eterno, las misericordias firmes a David.” Isaías
55: 1-3
El
llamado de Dios a sus amados va a lugares extraños o conocidos.
Cuando Jesús se detuvo en su marcha por Samaria para hablar
con una desterrada social – una mujer despreciada e inmoral
– sus discípulos se confundieron. Pero Jesús
había sentido su sed y anheló darle nueva vida a
su solitaria existencia.
“Mas
el que bebiere del agua que yo le daré;
El le dijo a Ella,
no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le
daré será en él una fuente de agua que salte
para vida eterna.” Juan
4: 14
¿Como
podemos, como ella, aceptar Su oferta? ¿Cómo beber,
no una vez, sino continuamente, del agua limpiadora y sanadora
de vida?
Primero,
tenemos que venir a él hambrientos y sedientos, pobres
y "sin el dinero." Pues su Agua de Vida no puede ser
comprada o ganada. Él pagó el precio completo en
la cruz. Cualquier oferta de pago en devuelta por su don sería
un insulto al gran donante divino.
De
hecho, ningún pago terrenal podía emparejarse al
valor del agua viva de Dios. Millares de soñadores han
buscado una fuente mitológica de la juventud, pero Dios
ofrece algo incomparablemente mayor: Su Espíritu Santo
junto con una herencia divina, una fuente interminable de vida.
A
través de su perseguido profeta Jeremías, Dios nos
dice:
“Bendito
el varón que confía en Jehová, y cuya confianza
es Jehová. Porque será como el árbol plantado
junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus
raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que
su hoja estará verde; y en el año de sequía
no se fatigará...” Jeremías
17: 7-8
El
Salmo 1 enumera las opciones adicionales que nos guardan cerca
de sus fuentes. También nos guardan contra la satisfacción
de nuestra sed dada por Dios con las aguas estancadas del mundo:
“Bienaventurado
el varón que:
•
No anduvo en consejo de malos,
•Ni
estuvo en camino de pecadores,
•Ni
en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino
que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su
ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.”
Salmos 1:1-6
Si
rechazo vivir por la filosofía del mundo – si pongo
mi confianza en Dios y continuamente me deleito en su refrescante
palabra – entonces seré un fuerte y fructífero
árbol. Mientras “bebo de las
aguas de la fuente de la salvación,” El me
hace un “árbol de justicia,
plantío de Jehová, para gloria suya.”
Isaías 12:2, 61:3
Fanny
Crosby, la ciega escritora de himnos asombrosos cuyas canciones
han levantado millares de corazones al cielo, vivió diariamente
por ésas aguas de vida. Sus canciones continúan
repitiéndose en mi corazón, recordándome
venir a Jesús, seguir su sendero, beber de su fuente y
ser llena de su vida:
Todo
el camino mi Salvador me guía
Alienta cada sendero tortuoso que piso,
Me da gracia para cada prueba,
Me alimenta con el pan de vida.
Aunque mis pasos fatigados puedan vacilar
Y mi alma sedienta este,
Brota de la Roca delante de mí,
¡Mira! Una fuente de gozo yo veo;
Brota de la roca delante de mí,
¡Mira! Una fuente de gozo yo veo.