AVARICIA—
“Porque raíz de todos los males es el amor al dinero…” (1 Timoteo 6:10)
Los comerciales de televisión a menudo son un barómetro preciso de como se siente el público sobre las cosas en general. Y uno que ha salido recientemente al aire, en varias ocasiones muestra a una mujer tratando de mirar una televisión vieja que obviamente tiene una imagen y calidad de sonido muy pobre. De repente, disgustada, ella la apaga y dice mientras camina frente a su esposo, “Tu tienes razón, necesitamos una TV nueva— ¡ve y cómpranos una!” Entonces mientras el se da vuelta con una mirada jubilosa en su cara se escucha en el fondo una canción de la banda de rock británica “Queen” cantando su éxito “Lo Quiero Todo” (‘I Want It All’) llegando a un ‘crescendo’ (término musical que significa aumento gradual del sonido. El coro exclama: “¡Lo quiero todo, lo quiero todo, lo quiero todo, y lo quiero ahora!”
Mis amigos,
si fuese posible que una canción caracterizara las actitudes y acciones de una
nación— ¡esa daría en el clavo!
¡El dinero es
una necesidad práctica y ciertamente no hay nada de malo con tener mucho si lo
obtenemos honestamente! Pero se convierte en un mal para nosotros si
permitimos que nos gobierne en vez de viceversa. Y por causa de la tendencia
humana de hacer énfasis excesivo sobre
posesiones y riquezas, esta no es la primera vez que escribo artículos tratando
el problema. Por lo que si está interesado, los siguientes enlaces a ellos podrían probar ser de ayuda en entender un potencial
mal uso en lo que concierne al dinero:
www.laespadadelespiritu.org/p124.htm y www.laespadadelespiritu.org/p229.htm
La actual crisis financiera que arropa nuestra nación ha sido causada por varios factores diferentes, pero la avaricia es el común denominador de todos. Personas que de otro modo son cuerdas y sensatas queriendo “experimentar el sueño Americano” han sido fiscalmente irresponsables en una escala jamás antes experimentada en nuestra historia. Insatisfechas con vivir dentro de sus medios millones han tragado la carnada colocada cuidadosamente debajo de sus narices por los “bandilleros” (un término inventado por alguien combinando la palabra “banqueros” con “pandilleros””). La cocaína plástica conocida como tarjetas de crédito se ha vuelto disponible prácticamente a cualquiera que tenga un pulso y con el conocimiento pleno que la mayoría se gastarán a sí mismos hasta llegar a la ruina financiera. Lo mismo es verdad en lo que concierne al lío de la “hipoteca sub-prima”. A personas de quienes las instituciones prestatarias sabían que se estaban yendo más allá de sus posibilidades estaban siendo aprobadas para préstamos que la inmensa mayoría no iba a poder manejar una vez llegase el incremento inevitable en las tasas de interés.
¿Por qué supone
usted que la industria bancaria haría una cosa tan aparentemente ridícula como
extender crédito a millones cuando ellos sabían que la mayoría de ellos
terminarían irremediablemente en deuda? ¿No pierden esas instituciones grandes
sumas de dinero cuando los deudores se declaran en bancarrota? Si, de hecho
pierden, pero para averiguar sobre aquellos quienes realmente son dueños de
esas corporaciones que terminan cosechando ganancias obscenas de tal
manipulación crediticia, recomiendo altamente el siguiente artículo en la red
escrito por un predicador titulado “Billones Para Banqueros—Deudas Para
http://www.justiceplus.org/bankers.htm
Pero aunque este saqueo financiero del público americano es suficiente para hacer que nos hierva la sangre, mi intención no es el urgir a las personas a que traten de “atrapar” a aquellos quienes están cometiendo tal aprovechamiento. Las posibilidades en contra de que sea exitoso están más allá que astronómicas y los cristianos no deberían descuidar el avance del Reino de Jesucristo desperdiciando tiempo tratando de enderezar los males de este mundo. Solo Dios puede hacer eso y yo no encuentro absolutamente nada en Su Palabra que nos diga que tengamos que involucrarnos con tales cosas.
El asunto vital ante nosotros es la necesidad de que los creyentes genuinos sean buenos mayordomos del dinero de Dios a pesar de tales males. Todo lo que tenemos, o alguna vez tendremos, le pertenece a El y solo se nos concede el privilegio de usarlo. Y aunque a veces parezca que las circunstancias de la vida nos requieran que nos metamos en una deuda manejable—como una hipoteca sobre una casa que está mucho más allá de nuestra capacidad de pago—debemos hacer todo esfuerzo de evadir la tendencia carnal de comprar más de lo que necesitamos. Carros lujosos, botes y piscinas son agradables, ¡pero si es obvio que se salen de nuestro presupuesto debemos poseer suficiente sentido de dejarlas tranquilas! El ir y comprar juguetes que no puedes costear solo porque comprar a crédito es algo tan “fácil” es algo deshonesto. Tarde o temprano vendrá un día de sacar cuentas y mientras el declararse en bancarrota hará que se vayan los acreedores, no absuelve a un cristiano de su culpabilidad ante Dios.
La siguiente
enseñanza del Señor Jesucristo nos da una clara orientación y sin ambigüedades
sobre la riqueza personal:
“Y les dijo: Mirad, y guardaos de
toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los
bienes que posee.” Lucas 12:15
“No os hagáis tesoros en la tierra,
donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan” Mateo 6:19
“Ninguno puede servir a dos
señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” Mateo 6:24
“No os afanéis, pues, diciendo:
¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan
todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de
todas estas cosas.” Mateo 6:31-32
“Porque ¿qué aprovechará al hombre,
si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre
por su alma?” Mateo 16:26
Si usted se está ahogando en deudas, usted no está solo. Nos hemos convertido en la nación deudora más grande de la tierra y es muy claro que “¡nos está llevando quien nos trajo”! La mayoría de las familias están a ley de un poquito más de la pérdida de un solo cheque de sueldo para caer en el desastre y una dosis fuerte de realidad está al doblar de la esquina. Estamos siendo manipulados por fuerzas decididas a destruirnos como nación y su plan está funcionando a la perfección. Por lo que lo sensato sería el hacer todo el esfuerzo para salir de deudas lo más pronto y humanamente posible y una vez logrado eso, evitarlo a como de lugar.
Por supuesto muchas personas incurren en grandes deudas sin culpa propia alguna. Emergencias médicas, la muerte del que primariamente sostiene a la familia, etc., son realidades de la vida que a menudo nos abruman, ¡pero es una idiotez total el terminar en ese apuro por causa de la avaricia!
Recuerde las palabras de Forrest Gump—el personaje principal de una novela del 1986 de Winston Groom y más tarde se hizo una película con el mismo título—“Estúpido es el que estúpido lo hace.”
Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha
sido muy tibio en su caminar espiritual con El, usted necesita pedirle
inmediatamente perdón y renovación. El lo perdonará instantáneamente, y llenará
su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un
caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.
Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha
comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar
Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la privacidad
de su hogar. Una vez lo acepte a El como Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo,
y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá
descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.
Si a usted le gustaría Nacer de Nuevo, vaya ahora a nuestra Página de Salvación .
Esperamos
que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las
personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del
Anticristo-en sus noticias diarias.
Finalmente, nos encantaría saber de usted. Puede enviarnos un E-Mail a
Dios le bendiga.