LA PARADOJA DE LA CRUZ

 

La Soberanía de Dios Exhibida en la Total Sumisión de Jesucristo

 

En 1ra. Corintios 10: 1-10, el Apóstol Pablo utilizó la historia de Israel para mostrar un punto extremadamente importante. El observó que sus transgresiones fueron en gran parte, porque al igual que nosotros, eran humanos con una tendencia pecaminosa  necesitados de un Salvador. Es por eso que en el verso 11 el dijo:

 

 “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.    1 Corintios 10:11 (Versión Reina Valera 1960)

Por esta razón es que su historia está cuidadosamente preservda en los libros del Antiguo Testamento, y su objetivo es darnos instrucciones a nosotros hoy.

¡Y el error más grande que cometió Israel – y sigue cometiendo, junto a muchos billones de Gentiles – es no entender que el Mesías de Israel fue (y es aún) Dios en la carne! Jesús de Nazaret fue infinitamente mucho más que simplemente un humilde carpintero de Galilea, y tanto Sus Palabras como sus obras son testigos inequívocos de Su deidad. Pero el liderazgo espiritual de Israel siempre ha esperado a un Mesías humano para liberarlos, y ese punto ciego inducido por Dios (Romanos 11:25) llevará posteriormenta a que Satanás encarnado los gobierne durante el Período de la Tribulación.

Mucho antes de que la primera molécula de materia fuera creada, nuestro Soberano y Omnisciente Dios sabía exactamente qué tomaría lugar en Su universo—hasta el detalle más ínfimo—en formas que nuestra mente finita nunca podría comprender, Su plan eterno tomó todo en consideración. Por lo tanto, a El no le tomó por sorpresa en ninguna manera la rebelión de Satanás, y la caída del hombre de la gracia de Dios. De hecho, ambas cosas jugaron un papel importante en el hecho de que Su único Hijo fuera enviado a morir por los pecados de Su pueblo, y que ese glorioso mensaje de esperanza fuera dado por el ángel a José, concerniente a su esposa María:

Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” Mateo 1:21 (Bíblia Versión Reina Valera)

Y mientras el gozo de tener a este Hijo primogénito estaba aún reciente en su corazón, María recibió una explicación  profética del dolor que la misión de su Hijo le daría:

“Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha 35(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.” Lucas 2:34-35 (Énfasis mío).

 Y vemos el cumplimiento de esa profecía hecha eco en las palabras del Apóstol Pedro cuando habló a la multitud en el Día de Pentecostés:

“Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; 23a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole” Hechos 2:22-23 (Biblia Versión Reina Valera, énfasis mío)

¿Entendió usted? ¡Jesucristo –el mismo Hijo de Dios—fue “entregado” por Dios el Padre por causa de, y de acuerdo a Su plan eterno! La crucifixión y subsequente muerte del Mesías de Israel, no fue mero accidente de la historia, como afirman muchos ateos.

El acto de desobediencia de Adán dio como resultado que haya un infinito abismo entre la raza humana y el Dios Santo, porque la perfección absoluta de Dios, no puede coexistir con la imperfección. Y este principio fue expuesto por el Patriarca Job:

“¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie.” Job 14:4

 

Es por eso que para el hombre es totalmente imposible cruzar por encima de ese “abismo” por su propio esfuerzo. Y el Señor Jesucristo enseñó ese principio en el siguiente pasaje:

“Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.” Lucas 16:25-26

Así que, si hubiera alguna posibilidad de vida después de la muerte para el hombre, ésta tuviera que originarse con Dios. Pero, ¿Cómo el Único que posee los atributos Personales de infinita santidad y justicia puede tolerar tales criaturas pecadoras? La realidad del asunto es que El no puede, entonces tuvo que suceder algo para negar la condena por nuestros pecados, la cual es muerte eterna y separación de Su presencia. Pero eso trae la pregunta lógica de ¿cómo nuestros crímenes capitales pueden ser perdonados sin fallar a la justicia de Dios?

He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.” Ezequiel 18:4

“La paga del pecado es muerte…” Romanos 6:23(a).

¡Un Dios santo y justo demanda la pena de muerte por el pecado; por lo tanto, la unica vía en que El podría perdonarnos a nosotros los pecadores, es muriendo como nuestro substituto! Y eso es precisamente lo que El hizo en la Persona de Su Hijo Jesucristo.

Ninguna mente humana finita puede comprender completamente el concepto de un Dios trino, pero la Biblia revela que la “Divinidad” abarca a Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo: una Entidad única que escoge maniestarse a Sí misma en tres Personajes separados. Y puede que el mejor ejemplo de este hecho se vea en el siguiente pasaje:

“Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” Mateo 3:16-17

Mientras Dios el Hijo, Jesucristo, era bautizado, el Espíritu Santo de Dios descendió sobre El “como paloma”, y Dios el Padre habló audiblemente desde el cielo, identificándolo como Su Hijo.

El bautismo es una ceremonia o ritual de identificación, donde los creyentes se identifican públicamente con Jesucristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Y la Biblia no nos dice por qué el Señor insitió en que Juan lo bautizara. Tal vez pretendía con eso describir Su identificación con aquellos a los que El vino a salvar. Pero en cualquier caso, ello marcó el inicio de Su ministerio en la tierra—3 años y medio de pruebas indubitables a Israel de que El era el Mesías tan esperado, porque cien por ciento de las profecías del Antiguo Testamento relativas al Mesías se cumplieron al pie de la letra durante ese tiempo. Aún la vasta mayoría rechazó creer y esa incredulidad provocó que el Señor hiciera este interesante comentario:

“Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis.” Juan 5:43

¿No es interesante que por tres años y medio, Israel será engañado para creer que el anticristo es su Mesías, sólo para darse cuenta de su verdadera identidad, y luego tener que huir por sus vidas mientras él trata de aniquilarlos?

Dos mil años atrás, Dios se permitió a Sí mismo someterse a la muerte más cruel y dolorosas que se haya inventado jamás—la crucifixión en una cruz Romana—para El poder redimir a todos aquellos que El ha escogido para Sí mismo (Efesios 1:4). Y este acto de supremo amor continúa siendo rechazado por los filósofos de este mundo, porque presenta el colmo de la paradoja: Dios muriendo una muerte sacrificial para conseguir que el hombre pudiera tener vida eterna. Pero eso que los hombres pecadores consideran como debilidad y derrota, fue de hecho el más grande ejemplo de poder divino exhibido. El universo material llegó a existir como resultado de que Dios simplemente ordenara que así fuera, ¡mientras que la salvación del hombre requirió que El muriera! Pero las buenas noticias (el mensaje del Evangelio) es que El no se quedó muerto. Después de tres días y tres noches en la tumba, Dios el Padre resucitó a Su Hijo victorioso sobre la muerte, el infierno y la tumba, y El está ahora sentado a la derecha del Padre (Romanos 8:34; Efesios 1:20; Hebreos 7:25) donde El intercede en favor de todos aquellos que vienen a El para salvación.

Así que, si usted conoce a Jesucristo como su Salvador y Señor personal, El actúa como su “abogado” ante el trono de Dios el Padre. Y no importa qué acusación haga el diablo contra usted—no importa cuan legítima sea—ya ese pecado ha sido pagado con la sangre preciosa de Cristo.

“Jesús le dijo, Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mi” Juan 14:6.

Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha sido muy tibio en su caminar espiritual con El, usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. El lo perdonará instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.

Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a El como Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.

Si a usted le gustaría Nacer de Nuevo,  vaya ahora a nuestra Página de Salvación .

Esperamos que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del Anticristo-en sus  noticias diarias.
 

Finalmente, nos encantaría saber de usted. Puede enviarnos un E-Mail a 

Dios le bendiga.


 
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