ESTANDO ATEMORIZADO

 

El Temor Es La Herramienta Que La Falsa Predicación Usa Para Mantener El Control

 

Desde la caída del hombre en el Huerto de Edén hasta esta misma hora, Satanás continua en su empresa de convencer a los hombres de que la vida eterna se consigue por medio de buenas obras. Y por supuesto que esa es una mentira directa del mismo “padre de mentiras”—una etiqueta descriptiva que se la colocó el Señor Jesucristo cuando El denunció a los fariseos:

 

“Vosotros sois de vuestro padre el Diablo, y los deseos [que son característicos] de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no  hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque [el mismo] es mentiroso, y padre de mentira. Juan 8:44, (RV/Amplificada).

 

El Nuevo Testamento está repleto de enseñanzas que refutan minuciosamente la posibilidad de que alguna persona pueda salvarse a si misma. Para obtener vida eterna, se debe recibir a través de la gracia de Dios o no se obtiene en lo absoluto.

 

“Porque por gracia (el favor inmerecido de Dios) sois salvos (librados del juicio y hechos participantes de la salvación de Cristo) por medio de la fe [suya]; y esto [salvación] no de vosotros [ni por sus propias obras, ni de su propio esfuerzo], pues es don de Dios; [9] no por obras [no por el cumplir con las demandas de la Ley de Dios], para que nadie se gloríe. [No es el resultado de lo que le sea posible hacer a alguien, para que nadie pueda enorgullecerse ni gloriarse a si mismo.]” Ef.2:8-9, (Biblia Reina Valera, énfasis mío).

 

Sin embargo, por causa de nuestra depravada naturaleza humana, el “trabajar para llegar al cielo” parece ser lógico. Y la razón primaria que cada falsa religión y organización oculta en la Tierra insiste en el concepto es que hay un elemento lógico incluido en ese punto de vista que choca en los corazones de todos aquellos quienes lo creen. Y es algo como esto: “Se me concedió salvación por mis buenas obras y si fallo en seguir haciéndolas, ¡la perderé!”

 

¡Bingo! Eso, mis amigos, es el temor diabólico por los cuales millones han sido—y continúan siendo—mantenidos ¡en esclavitud espiritual!

 

La falsa predicación (“Priestcraft”) es un término usado ocasionalmente para describir a aquellos que utilizan tal temor para controlar/manipular a sus parroquianos. El Catolicismo Romano lo hace a la perfección. Pero algunas denominaciones Protestantes también han sucumbido al son de su bocina. Porque es un hecho triste que muchas personas puedan ser llevadas por la nariz si el espectro de la condenación eternal cuelga sobre sus cabezas.

 

¿Puede justificarse tal temor? ¿Puede encontrarse alguna enseñanza doctrinal en la Palabra de Dios que lo sustente? ¡¡NO!! Por lo contrario—las Escrituras enseñan claramente lo opuesto, cuando todo lo que se dice del tema es estudiado cuidadosamente.  Por favor considere lo siguiente:

 

“Y nosotros hemos conocido (entendido, reconocido, y somos conscientes de, por observación y por experiencia) y creído (adhiriéndonos a y poniendo fe y confiando en) el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. [17] En esto [unión y comunión con El] se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio [con promesa y atrevimiento para enfrentarlo]; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. [18]En el amor no hay temor [el pavor no existe], sino qu el perfecto (completo) amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. [Entonces] De donde el que teme, no ha sido perfeccionado [alcanzado madurez] en el amor. [19] Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. [20] Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece (detesta, abomina) a su hermano [en Cristo], es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? [21] Y nosotros tenemos este mandamiento (encargo, orden, mandato) de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano [creyente]” 1 Juan 4: 16-21, (RV Amplificada, énfasis mío).

 

“Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía (de timidez, de temor humillante), sino [que El nos ha dado un espíritu] de poder, de amor y de dominio propio” 2 Tim. 1:7, (RV Amplificada).

 

El estar temeroso de perder su salvación es, para el creyente, tan ridículo como el que un niño que teniendo padres que le aman piense que ellos lo enviarán lejos cuando se porte mal. ¿Podrían aquellos padres alguna vez pensar seriamente en “salir de” aquel niño—sin importar que tan desobediente y difícil puedan ser él o ella? ¡El solo pensar cosa tal es aborrecible! Aún así muchos creyentes nacidos de Nuevo se permiten estar convencidos de que su Padre celestial—El Dios Santo y amante quien amablemente los acogió en Su familia con “todo y manchas”—los echará caprichosamente al infierno si son desobedientes. Y ellos se pasan sus vidas retorciendo sus manos y preocupándose de que si irán o no al cielo cuando mueran. “Ay de mi, he cometido pecados tan horrendos que es seguro que mi salvación es confiscada.” A tales temores patéticos (y totalmente sin fundamento), solo podemos señalar que el 100% de sus pecados y los míos estaban aún lejos del futuro cuando el Señor derramó Su preciosa sangre para pagar por todos ellos en la cruz.

 

Y entonces está el asunto tonto de convertirse en “desnacido.”  ¿Es posible reversar al nacimiento físico? Por supuesto que no y tampoco es posible desnacer espiritualmente. Una vez recibimos el don del Espíritu Santo y El literalmente viene a residir dentro de nosotros, ¡la vida eterna en el cielo es tan segura como si ya estuviésemos allí! ¿Cómo sabemos que eso es verdad? ¡La Palabra de Dios dice así!

Y sabemos que [siendo Dios un compañero en su obra] a los que amamos a Dios, todas las cosas ayudan a bien [de acuerdo a Su plan], esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. [29] Porque a los que antes conoció [de quienes El sabía y amó de antemano], también los predestinó [preordenándolos] para que fuesen hechos conforme a la imagen de Su Hijo [y compartir internamente su semejanza], para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. [30] Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó (absolvió, hizo justos, poniéndolos en buena postura con El mismo); y a los que justificó, a éstos también glorificó [elevándolos a una dignidad celestial y condición o estado mental " Rom. 8:28 (Paralelo Biblia, RV/Amplificada, énfasis mío).

Entonces a pesar del hecho que es duro de comprender—las palabras “predestinó,” “llamó,” “justificó,” y “glorificó” están todas en tiempo pasado. Por lo tanto, desde la perspectiva de Dios, todos los creyentes han sido elevados al punto de glorificación. Nuestra existencia eternal con El en el cielo es un “trato hecho” e irreversible porque ¡hemos venido a formar parte de Su familia!

 

“Sean vuestras costumbres sin avaricia [amor al dinero, codicia, lujuria y anhelar posesiones terrenales] contentos con lo que tenéis ahora [circunstancias y posesiones]; porque él [Dios] dijo: [Yo] No te desampararé, ni [Yo] te dejaré [sim amparo] [¡seguro que no!].” Hebreos 13:5 (RV Amplificada, énfasis mío).

 

Por favor sea notorio que el letrado griego Kenneth Wuest dice que esos dos negativos (“no(s)” resaltados en rojo) preceden el verbo en el griego original. Una sola declaración así de Dios sería infinitamente suficiente, pero El lo dice una y otra vez para consolar los corazones temerosos y depravados de Sus hijos—aquellos a quien El rescata de la familia del diablo y los adopta como los Suyos propios.

 

“en amor habiéndonos predestinado (preordenado, planeado en amor por nosotros) para ser adoptados (revelados) hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad [porque le complació a El y fue Su propósito bondadoso]” Ef. 1:5, (Biblia RV/Amplificada).

 

Finalmente, en Romanos capítulo 8 el Apóstol Pablo responde todo “pero y si” posible que un corazón temeroso puede imaginarse en lo que concierne a perder la salvación:

 

[33] ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? [Cuando es] Dios es el que justifica [esto es, ¿Quien nos coloca en Buena relación con El mismo? ¿Quién vendrá y acusará o recusará aquellos a quienes Dios escogió? ¿Lo hará Dios, quien nos absuelve?] [34] ¿Quién es el que [nos] condenará? Cristo [el Mesías] es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. [35] ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? [36] Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. [37] Antes,  en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. [38] Por lo cual estoy seguro (sin duda alguna) que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo porvenir, [39] ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 8:33-39 (RV Amplificada).

 

Entonces a la luz de todas estas declaraciones autoritativas hechas por el apóstol a quien Dios encomendó específicamente para llevar las grandes doctrinas de la fe a la Iglesia, ¿Cómo pudiese algún creyente genuino permitir que lo controlase un practicante de la “falsa predicación” insistiendo en lo opuesto? Todos los predicadores quienes sostienen la posición de que es posible perder—aunque se den cuanta o no—están intentando de hacer que las personas “caminen a través de la senda derecha y estrecha” llevando esa horrible amenaza sobre sus cabezas.

Mientras debemos entender que Dios disciplina a Sus hijos, el castigo es dado por un Padre amoroso y no el Juez de toda la creación:

 

“Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.” Hebreos 12:6, (Biblia Reina Valera).

 

Amor—no temor—es el principio guía enseñado en el Nuevo Testamento y nuestro maravilloso Padre celestial nos protegerá por siempre en Sus brazos amorosos.

 

 

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Esperamos que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del Anticristo-en sus  noticias diarias.
 

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Dios le bendiga.
 

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