TITULO: REGENERACIÓN—LA SALVACIÓN DE DIOS (Segundo de una serie de dos artículos)

Subtítulo: ¿Has “Nacido de Nuevo” Espiritualmente?

Es razonable asumir que la mayoría de las personas quieren ir al cielo cuando mueran (independientemente de cual sea su versión del cielo). Pero literalmente cientos, sino miles, de diferentes variaciones de fórmulas de salvación que han sido concebidas en las cuales cada adherente está seguro de que su sistema de creencia está correcto – muchos insistiendo en que su manera es la única manera mientras que otros dicen que la salvación estará al alcance de todos aquellos que hagan el esfuerzo. Y cuando sean confrontados con un conjunto tan perplejo de creencias en conflicto, aquellos que tratan de cerciorarse de la verdad espiritual a menudo son abrumados con la enormidad de todo. Con una perplejidad entendible, preguntan, “¿¿Cómo es posiblemente que alguien pueda saber cual es el camino correcto de la salvación??”

Ciertamente, “¿Cuál es el camino correcto?” es una pregunta profunda ¡cuándo tu vida eterna está en juego! Y la respuesta resulta ser igual de profunda:

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Juan 14:6

Entonces por contraste tenemos lo siguiente:

Hay camino que parece derecho al hombre, Pero su fin es camino de muerte. Proverbios 16:25

De acuerdo con la Biblia, la muerte sacrificial de Jesucristo es el único camino que lleva a la vida eterna, mientras que el “camino” (singular) que parece correcto a las mentes de la pobre, cegada humanidad es realmente uno de los muchos “caminos” (plural) que llevan a la muerte eterna.

Para este momento algunos de ustedes están probablemente pensando que todo está bien, pero ¿por qué alguien habría de confiar en la Biblia por encima de cualquiera de los otros “libros sagrados” y sistemas de creencia? Simplemente porque no hay comparación – tanto en sustancia como en estilo literario la Biblia se prueba a sí misma ser la Palabra de Dios escrita, y como tal, supera arrolladoramente todas las obvias obras del hombre. La doctrina presentada por estos otros sistemas de creencias, de un Ser divino y salvación invariablemente involucra el que el hombre se haga a sí mismo aceptable a través del esfuerzo propio, mientras que ¡¡el cristianismo genuino es completamente único, al afirmar que Dios hace que hombres pecaminosos se vuelvan aceptables a través del sacrificio de Si mismo!! Su concepto de redención ignora por completo la realidad de la inherente pecaminosidad humana, mientras que el cristianismo genuino choca de frente con ella y encuentra a su Salvador en Dios el Hijo, Jesucristo – Quien cargó con los pecados de Su pueblo y murió en su lugar. Ese solo sacrificio vicario satisfizo las demandas santas de la ira justa de Dios contra el pecado y le permitió a El justificar – el declarar justos – a aquellos que son injustos y están muertos espiritualmente.

Hágase usted esta pregunta y trate de ser totalmente honesto: ¿Realmente tiene algún sentido para usted que el mero esfuerzo humano podría resultarle aceptable a una Deidad Omnipotente y absolutamente pura? ¿Y qué tipo de dios aceptaría una ofrenda tan penosa? El creer que eso es posible es tener una vista extremadamente inflada del potencial espiritual del hombre y un concepto extremadamente pequeño del atributo divino de Dios que es Su justicia. Cualquier Ser Supremo digno de adoración debería ser la perfección Personificada y ese atributo teológico descarta que cualquier cosa menos que la perfección se le permita existir en Su presencia eternamente. (De acuerdo a la Biblia, a Satanás se le concede el privilegio de comparecer ante Dios en el tiempo presente porque se dice que el es “el acusador de nuestros hermanos” y lo hace día y noche (Apocalipsis 12:10), ¡pero sus días de tal libertad están contados!)

El Dios descrito en la Biblia es  La perfección Personificada – y como tal, no puede y no tolerará que nada menos exista eternalmente en Su presencia. Esta realidad es la base para la siguiente declaración del Apóstol Pablo:

“Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.” 1 Corintios 15:50

Luego, el pasa a añadir que “nosotros [refiriéndose a los que han creído en Cristo] seremos transformados (vs. 51-52) y lo corruptible se volverá incorruptible – lo mortal será inmortal, ¡mientras Dios Mismo los hace perfectos en cada aspecto! En palabras sencillas, Dios hace por los creyentes lo que ellos no tienen posibilidad de hacer por sí mismos.

El estado espiritual de la humanidad al nacer es el de muerte eterna – la consecuencia directa del fracaso voluntario de Adán al no obedecer a Dios (Eva fue engañada – Adán pecó. Léase 1 Timoteo 2:14). Y esa desobediencia – en realidad, cualquier desobediencia a los mandamientos de Dios – se define como pecado y cada una con una penalidad de muerte espiritual. Solo una sencilla infracción descarta para siempre la posibilidad de perfección a través del esfuerzo propio y hace de la salvación por obras un concepto totalmente inaceptable.

“Se apartaron los impíos desde la matriz; Se descarriaron hablando mentira desde que nacieron.” Salmos 58:3

“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno.” Romanos 3:10

Jesús estableció este estándar absoluto si un hombre ha de llegar al cielo por sus propias obras:

“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” Mateo 5:48

Repetimos: Solo una sencilla infracción descarta para siempre la posibilidad de perfección a través del esfuerzo propio y hace de la salvación por obras un concepto totalmente inaceptable

 

 

Satanás Ciega Espiritualmente A Las Personas A La Verdad Bíblica

Satanás continua cegando la abrumadora mayoría de la humanidad a la realidad de su mortandad espiritual y tiene a casi todos ellos convencidos de que pueden vivir para siempre por medio de su “iluminación”. Pero no se deje engañar – las obras personales como un medio de salvación es el sello distintivo de la filosofía del diablo y llevará a aquellos que sigan esa condenable mentira a la destrucción eterna. Si alguno de nosotros alguna vez llega al cielo, se deberá solamente a lo que Dios haga por nosotros.

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” Romanos 5:12

La muerte espiritual y una naturaleza depravada es el legado que todo humano hereda por la transgresión de Adán. Todos nacen en este mundo como esclavos de Satanás (Efesios 2:2) y totalmente incapaces del discernimiento espiritual. Cada pecador está destinado a una muerte espiritual. Escuche:

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” 1 Corintios 2:14

La próxima vez que usted asista a un funeral, ¡trate de sacudir el cadáver para que se dé cuenta de algo muy importante para usted! Por supuesto, usted consideraría esta ilustración como ridícula, porque todos saben que una persona muerta físicamente es totalmente incapaz de responder a nada que usted pueda hacer para despertarlo; pero, ¡la realidad bíblica es que cada pecador está tan muerto espiritualmente como una persona muerta físicamente!

El Espíritu Santo de Dios no reside (no mora) dentro del “hombre, natural, pecaminoso” – aquellos cuya misma existencia es un continuo estado de muerte espiritual a la que la Biblia se refiere como estar “perdido”. Esto significa que solo en aquellos en quienes El se complace en morar eternamente pueden afirmar correctamente que son “Cristianos”.

Y este tema de muerte espiritual posee una pregunta doctrinal muy interesante: ¿Cómo puede creer un hombre espiritualmente muerto? ¿Cómo puede confiar en Cristo cuando el versículo anterior (1 Corintios 2:14) dice claramente que él es incapaz de entender lo que se discierne espiritualmente? El mensaje de la Biblia – la misma Palabra de Dios – ¡es tontería para él!

 “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” 1 Corintios 1:18

¡Su situación es similar a la de alguien con un radio AM que no es capaz de captar a una estación de FM! La señal de transmisión de FM es fuerte y está disponible, pero el receptor de AM simplemente no está “armado correctamente” para recibirla. ¡El hombre natural está tan muerto como una tumba a las verdades espirituales porque el no está armado correctamente! Su alma es depravada y totalmente aislada de Dios – torcida al punto de no poder auto-ayudarse debido a los efectos del pecado de Adán. Y a menos que llegue la ayuda espiritual de una fuente externa, el sufrirá la muerte eterna.

Hablándoles a los creyentes en Efeso, el Apóstol Pablo tenía esto que decir:

“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” Efesios 2:1

Luego el versículo 5 reitera este principio (hablando de Dios en Su misericordia y gran amor desde el versículo 4):

“Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” Efesios 2:5

La palabra utilizada aquí que se traduce como “nos dio vida” en estos dos versículos ¡afirma claramente que Dios dio vida cuando estábamos muertos! ¿Pero qué impulsó a Dios a hacerlo? ¿Qué transcurrió para que se les trajera la vida espiritual? ¿Fue que hubo un creer en ellos? Ahora yo les ofrezco una respuesta “rompe hueso” teológicamente condicionada, les sugiero que consideren ya sea que si: ¿¿¿es o que no es ni remotamente posible que un individuo espiritualmente muerto crea, de acuerdo con 1 Corintios 2:14, el es incapaz de entender los conceptos envueltos y la predicación del Evangelio es “locura” para el??? (1 Corintios 1:18). ¿Cómo puede alguien ejercer fe salvadora bajo tales circunstancias? ¡Yo presento respetuosamente que el sentido común y la lógica simple no permitirán tal conclusión! Una persona “muerta en sus delitos y pecados” corresponde a la descripción dada por el Apóstol Pablo en el siguiente versículo:

No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios.” Romanos 3:11

Como he enfatizado en otros artículos, ¡la primera cosa que hicieron Adán y Eva después de comer de la fruta prohibida fue esconderse de Dios! Subsiguientemente, Dios tomó la iniciativa, los buscó, derramó sangre de animales inocentes como un sacrificio por sus pecados, y los vistió con sus pieles. Y en ningún lugar del relato se da siquiera una pista de que El les pidió permiso. Lo mismo es verdad para todos aquellos quienes han llegado a un conocimiento salvífico de Jesucristo – la barrera de la muerte espiritual debe ser quitada antes que el creer sea posible. Encontramos esto inferido inconfundiblemente en el Evangelio de Juan, donde el Señor dijo:

“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.” Juan 6:44

Y justo antes de este comentario, en el mismo discurso el Señor dijo:

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Juan 6:37

“Todo lo que el Padre me da” es explicado por el Apóstol Pablo en Efesios 1:3-4, donde encontramos estas palabras:

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,”

Por favor, fíjese que es Su voluntad la que se contempla, ¡no la nuestra! La doctrina del “libre albedrío” es una gran cortina de humo puesta sobre la humanidad, porque enseña que el hombre supuestamente tiene la libertad o voluntad de aceptar o rechazar a Cristo en otro tiempo yo también la creía y la enseñaba, porque a mí me la enseñaron -- ¡pero después he llegado a entender que es totalmente falsa! ¡Es una posición teológicamente insostenible porque no es apoyada por las Escrituras! Las grandes doctrinas de la fe fueron reveladas al Apóstol Pablo por el mismo Señor Resucitado, y Pablo nunca menciona el concepto del libre albedrío. El único versículo de la Escritura ofertado por sus proponentes que remotamente se parece a un texto comprobante es Juan 1:12:

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”

Su argumento es que la palabra “recibieron” denota una bienvenida y recepción de Jesucristo a través de un acto de libre albedrío humano. Pero de una vez el siguiente versículo (Juan 1:13) ¡destruye totalmente esa premisa! Y lo cito:

“Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” Juan 1:13

En este punto, estamos de vuelta al texto citado anteriormente: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere;”

C.H. Spurgeon Habla Sobre La Elección

Escuche cuidadosamente al reconocido y grandemente respetado evangelista, C.H. Spurgeon:

“En la resurrección de Cristo, así como en nuestra salvación, no fue utilizado nada menos que un poder divino. ¿Qué diremos de aquellos quienes piensas que la conversión es forjada por el libre albedrío del hombre, y que se debe a su propia mejora en disposición? Cuando veamos a los muertos resucitar de la tumba por su propio poder, entonces podremos esperar ver que pecadores impíos vallan a Cristo en su propio libre albedrío. Eso no es la palabra predicada, ni la palabra leída en sí misma; todo el poder de dar vida procede del Espíritu Santo. Este poder era irresistible. Todos los soldados y sumos sacerdotes no pudieron mantener el cuerpo de Cristo en la tumba; la misma Muerte no pudo sostener a Jesús en sus garras: aunque irresistible es el poder puesto en el creyente cuando es levantado a una nueva vida. Ningún pecado, ninguna corrupción, ni diablos en el infierno, ni pecadores sobre la tierra, puede detener la mano de la gracia de Dios cuando ella se presta a convertir a un hombre. Si Dios dice omnipotentemente “Tú harás”, el hombre no dirá, “Yo no haré”. Observe que el poder que levantó a Cristo de los muertos fue glorioso. Reflejó honor sobre Dios y trajo consternación a las huestes del mal. Por lo que hay gran gloria a Dios en la conversión de todo pecador. Fue un poder eterno. “Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de El.” Entonces si nosotros, habiendo sido levantados de entre los muertos, no volvemos a nuestras obras muertas o a nuestras Viejas corrupciones, sino que vivimos para Dios. “Porque yo vivo, vosotros también viviréis.” “Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.” “A fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la Gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” Por último, el texto marca la unión de la nueva vida con Jesús. El mismo poder que resucitó a la Cabeza obra vida en los miembros. ¡Qué bendición el recibir vida junto con Cristo!” [“Devociones Matutinas y Vespertinas”, 8 de Septiembre, C.H. Spurgeon, parte de Biblioteca en CDROM de A.W. Tozer; énfasis añadido]

Spurgeon demuestra la Omnipotencia de Dios en otra devoción diaria.

“Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.” Romanos 9:15

“En estas palabras el Señor en la forma más llana, afirma que el tiene el derecho de dar o retener Su misericordia de acuerdo con Su propia voluntad soberana. Como la prerrogativa de la vida y la muerte es conferida al monarca, así el Juez de toda la tierra tiene el derecho de perdonar o condenar al culpable, según le parezca mejor ante Sus ojos. Por sus pecados los hombres han perdido como castigo todo reclamo ante Dios; ellos merecen perecer por sus pecados – y si todos lo hacen, no tienen base para quejarse. Si el Señor interviene para salvar a alguno, El lo puede hacer si los fines de la justicia no son frustrados; pero si El juzga que es mejor dejar a los condenados a sufrir la sentencia justa, nadie podrá acusarle a El por Su decisión. Son necios y atrevidos todos esos discursos sobre los derechos de los hombres; ignorante, si no peor, son esas contenciones contra la gracia discriminante, las cuales son nada más que rebeliones de la orgullosa naturaleza humana contra la corona y cetro de Jehová. Cuando somos traídos para ver nuestra propia ruina total y enfermedad, y la justicia del veredicto divino contra el pecado, ya no dudamos de la verdad de que Dios no está obligado a salvarnos; ya no murmuramos si El elige salvar a otros, como si El estuviera inflingiéndonos una herida, pero sienta que si El se digna a mirar, será Su propio acto de bondad inmerecida, por el cual nosotros bendeciremos Su nombre para siempre.”

“¿Cómo adorarán suficientemente la gracia de Dios aquellos que son beneficiados de la elección divina? Ellos no tienen nada de que jactarse, porque la soberanía la excluye de la forma más fuerte. Solo la voluntad del Señor es glorificada, y la misma noción del mérito humano es echada fuera en desdén eterno. No hay doctrina que humille más en la Escritura que aquella de la elección, ninguna que promueva más la gratitud, y, consecuentemente ninguna más santificante. Los creyentes no deberían tenerle miedo, sino regocijarse adorablemente en ella.” [“Devociones Matutinas y Vespertinas”, 25 de Noviembre, C.H. Spurgeon, parte de Biblioteca en CDROM de A.W. Tozer; énfasis añadido]

Los cristianos deberían, ciertamente, regocijarse de que Dios nos ha elegido antes que El nos hubiese creado, ¡por qué eso significa que El ha planeado nuestro final y nuestro ascenso al Cielo! Mientras nos enfrentamos a estos tormentosos Últimos Días antes de los Dolores de Parto Finales que producirán al Anticristo, esta realidad es muy confortante. Escuche:

 

“Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas

Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. Salmos 139:16

 

Si TODOS nuestros días estuvieron escritos antes que hubiéramos nacido, ¡entonces Dios ha planeado nuestros últimos días en esta vida! Esta maravillosa verdad está contenida en otro versículo favorito. Escuche:

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28

Mientras nos enfrentamos a estos tiempos tormentosos, nosotros los cristianos podemos tomar gran solaz de esta realidad. Porque Dios es un socio en la obra de amor con el Espíritu Santo, trabajando en nombre de aquellos a quienes El conoció, entonces “todas las cosas obran juntas y encajan en un plan para el bien” de nosotros. ¡Qué gozo es el reconocer esta Verdad Espiritual!

¡Nuestra ilustración anterior del radio AM-FM se aplica a ti también! Al dispositivo electrónico que tenemos en nuestra casa y en nuestro carro se le refiere como un “receptor” porque “recoge” o recibe la señal electromagnética que proviene de la antena del transmisor de la estación. Y en una manera similar el mensaje sobrenatural del Evangelio es recibido por aquellos a quienes Dios ha facultado para escucharlo – en el sentido de “adquirirlo” en vez de “tomarlo.” Mientras ambos significados son inherentes a la palabra, en este caso insistimos en que el enfoque de Juan 1:11-13 es que Cristo fue adquirido por unos pocos, pero rechazados por la mayoría. Si la intención del Espíritu Santo hubiera sido el transmitir el significado de “darle la bienvenida a El (Cristo)” – como un acto de la voluntad humana – la palabra griega proslambano” hubiese transmitido precisamente ese significado, pero en vez la palabra usada fue lambano”.

Como señalé en la 1era parte de esta serie de dos partes, cualquiera que haga el esfuerzo de aprender sobre el ocultismo descubrirá que el concepto del libre albedrío humano es enfatizado en su enseñanza. El Catolicismo Romano es inflexible en su aprobación de la doctrina y el “Concilio de Trento” pronunció por lo menos ¡tres “anatemas” (maldiciones) sobe cualquiera que se atreviera a enseñar lo contrario! ¡Estos hechos solos deberían ser una razón más que suficiente para que un creyente fundamental de la Biblia huya de tal enseñanza!

Un hombre espiritualmente muerto no tiene libertad de voluntad – no en el sentido teológico del término. Si, el posee una voluntad humana, pero como un esclavo del diablo (Efesios 2:2). Aún esta facultad está bajo el control de su maestro. El “libre albedrío” teológico envuelve la capacidad ya sea de complacer o no complacer a Dios –y tanto Adán y Eva originalmente lo poseían. Pero una vez ellos descendieron a un estado de muerte espiritual, se perdió esta habilidad. ¿Por qué? Una vez más el Apóstol Pablo provee la respuesta:

“Y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.” Romanos 8:8

Y si hay alguna duda concerniente a lo que quiere decir Pablo con “estar en la carne”. El siguiente versículo lo define:

“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” Romanos 8:9

Aquellos que están “en la carne” están perdidos, porque el Espíritu Santo no mora dentro de ellos y ellos no pueden complacer a Dios. Esta realidad descarta instantáneamente la posibilidad de que cualquiera “trabaje su camino al cielo” por medio de buenas obras. Nada que ellos puedan hacer complacerá a Dios -- ¡ni siquiera “aceptando” a Jesucristo! En ningún lugar en la Palabra de Dios se usa el término “aceptar” en el contexto de recibir a Jesucristo como Señor y Salvador. En todos y cada uno de los casos sonde alguien es salvado, se usan los términos “creer” o “creyó” – no “aceptar.”

Y eso nos trae devuelta al individuo que está muerto en sus delitos y pecados. En realidad el/ella está tan mal espiritualmente como se puede estar. Ellos están alienados de Dios y el siguiente versículo describe su condición:

“En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.” Efesios 2:12

¡Espere un momento! ¡Oiga!  Si le fuera posible a una persona “aceptar” a Cristo a través de su propia voluntad, podría existir la esperanza (y de hecho a menudo existe) en las mentes de muchas personas no regeneradas en el que ellos piensan que ellos tienen la opción de “tomar una decisión por Cristo” en un tiempo posterior. Pero este versículo declara llanamente que ellos no tienen esperanza. Y si tomamos el tiempo de mirar de cerca, encontramos que las palabras “aceptar” y “decisión” nunca aparecen en la Biblia en el contexto de una elección personal en lo que concierne a la salvación. Revise -- ¡en todos y cada uno de los casos el individuo meramente cree!

Pero, ¡el no puede creer hasta que y solo al menos que el Padre lo llame! Entonces, estamos de vuelta a Juan 6:44.

Mis amigos, la razón obvia por la que el libre albedrío es tan importante para los Rosacruces, Francmasones, Católico-romanos, Mormones, etc., es que es un principio esencial en su enseñanza de que las buenas obras son un medio para lograr la salvación. Pero lo que no es tan obvio es la razón para su actual popularidad entre los protestantes evangélicos. Mi intención no es ser áspero, pero la mayoría de estos hermanos se aferran tenazmente al principio del libre albedrío porque la alternativa – la soberanía absoluta de Dios en la salvación – es aberrante para ellos. Ellos insisten en que el Dios ser el solo responsable en la salvación de un alma sería injusto porque demostraría parcialidad y la Biblia dice que El no hace eso. Pero aunque esa lógica aparente parece tener sentido en la mente humana, ¡realmente asume una limitación sobre lo que Dios puede hacer! ¿Es nuestro maravilloso y todopoderoso Dios incapaz de elegir sin demostrar parcialidad? Amados, El puede hacer cualquier cosa que El desee como encontramos en el siguiente pasaje:

“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré.” Isaías 46:9-11

Entonces, al tomar esta postura general, ellos evitan el lidiar con el tema de la completa muerte espiritual. Y ya sea que lo reconozcan o no, la posición del libre albedrío no concede la realidad de que no queda esperanza para los perdidos y el único camino posible fuera de su apuro es solamente a través de la elección de Dios. Parece eludirles el hecho de que no se nos da ninguna opción en cuanto al nacer espiritualmente muertos, ¡aún así ellos insisten en tener una opción en reversar el proceso!  Pero la conclusión es que Dios hace algo en beneficio de Sus elegidos que está totalmente lejos de su alcance y de su habilidad de hacer algo en beneficio de sí mismos. Y ese “algo” es el reverso “sobrenatural” de la muerte espiritual como un prerrequisito para creer. Sí, usted lo leyó correctamente – ¡dije que el reverso espiritual es un prerrequisito para creer! Demostramos anteriormente que los hombres muertos no pueden ni siquiera entender los conceptos envueltos en la salvación, mucho menos creer. Por lo que es lógicamente imperativo que Dios tenga que impartir vida espiritual para que siga un creer genuino. Y encontramos que este es el caso con los elegidos de Dios – aquellos escogidos en Cristo desde antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4). Fíjese en la última frase de Hechos 13:48, donde dice:

“…creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.”

De acuerdo con comentarios hechos por el erudito de griego A.T. Robertson sobre Hechos 13:48:

“Creyeron (‘episteusan’). Primer indicativo activo de sumario o constancia de. El tema de este verbo es la cláusula relativa. En ninguna manera (ligereza de mano o truquería) puede hacerse significar que “aquellos que creyeron fueron ordenados.” Fue fe salvadora lo que fue ejercido solo por aquellos que estaban ordenados para vida eterna, quienes estaban dispuestos del lado de la vida eternal, quienes por lo tanto fueron revelados como los beneficiados de la gracia de Dios por la postura que ellos tomaron en este día para el Señor. Fue un gran día para el reino de Dios” (de Retratos de Palabras En El Nuevo Testamento [‘Word Pictures In The New Testament’] de A.T. Robertson, énfasis e inserción entre paréntesis mía).

Fíjese también en el orden lógico encontrado en el siguiente versículo:

“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante (1) la santificación por el Espíritu y (2) la fe en la verdad.” (2 Tes. 2:13, énfasis e inserciones entre paréntesis mía).

Santificación – ser purificado y apartado por el Espíritu Santo -- precede el creer la verdad. Y solo aquellos quienes son regenerados (literalmente “nacidos de arriba” por el Espíritu) son capaces de tal creencia. Antes de la impartición de la vida espiritual, ¡aún los elegidos de Dios están muertos a las cosas espirituales y sin esperanza! El principio de santificación, o ser apartado para, precediendo el creer se ve claramente en las vidas de dos de los siervos escogidos por Dios: El profeta Jeremías:

“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que naciese te santifiqué, y te di por profeta a las naciones.” (Jeremías 1:5).

Y el Apóstol Pablo:

“Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, 16revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre” Gálatas 1:15-16

Muchos predicadores y maestros dicen que ellos no pueden creer en la soberanía absoluta de Dios en el asunto de la salvación por causa de todos los ‘quienes quieran’ en la Biblia. Yo hice una búsqueda de palabras en mi programa de Biblia en computadora y encontré solo los siguientes ‘quienes quieran’ que podrían ser pertinentes a este tema de que si el hombre puede escoger a Jesús basado en su libre albedrío.

* “Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” Marcos 8:34-35

* “Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor”. Marcos 10:43

* “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.” Lucas 9:24

Solamente hay estos “quienes quieran” en la Biblia entera que se relacionen solo un poquito con la salvación; sin embargo, en cada uno de estos casos, tenemos que volver a la realidad de que antes que una persona pueda llegar a la posición de --

* “negarse a sí mismo, tomar su cruz, y seguir” a Jesús

* “ser grande entre ustedes... ministro”

* “perder su vida por amor de Jesús”

-- esa persona primero debe de pasar a través del portal que demanda la Biblia: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere;” (Juan 6:44}

Pero, usted dice, “eso no es justo” que Dios elija salvar a algunos pero no a otros.”

El Apóstol Pablo enfrentó este mismo dilema en sus días. Su respuesta a las objeciones sobre la soberanía de Dios en la salvación se encuentra en Romanos 9:18-24:

“De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.

Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?” Romanos 9:18-24  

De esta forma, para responderles a las críticas, El Apóstol Pablo simplemente apeló a la soberanía de Dios, y les dijo que ellos deben solo aceptar esta doctrina por fe, y dejar el asunto de “justicia” a Dios. No podemos darle mejor respuesta que aquella que le dio el Espíritu Santo al Apóstol Pablo, más arriba.

Y en conclusión, citamos otro ejemplo en el cual los términos de salvación son dados en un orden opuesto a aquel que comúnmente se cree y se enseña hoy:

“Quien (1) nos salvó y (2) llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos 2 Timoteo 1:9 (Énfasis e inserciones numéricas mías).

(Para más comentarios y discusión doctrinal relacionada, le sugerimos nuestro artículo previo, “Los ABC(s) y XYZ(s) de la Salvación” en http://www.cuttingedge.org/articles/p154.htm)

Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha sido muy tibio en su caminar espiritual con El, usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. El lo perdonará instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.

Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a El como Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.

Si a usted le gustaría Nacer de Nuevo,  vaya ahora a nuestra Página de Salvación .

Esperamos que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del Anticristo-en sus  noticias diarias.
 

Finalmente, nos encantaría saber de usted. Puede enviarnos un E-Mail a 

Dios le bendiga.


 
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