TITULO: ¿ERES UN CRISTIANO?
Subtítulo: No Todo Lo Que Brilla Es Oro
Alrededor del mundo persiste una creencia que
todo lo que uno tiene que hacer para ser un adherente de una religión en
particular es de afirmarlo. Si, luego de una investigación, las doctrinas y
creencias son atractivas—por meramente adoptar los “requisitos” mínimos y
adhiriéndose ligeramente a ellos, uno podría afirmar ser un seguidor. Y como
resulta ser, ¡es así más o menos como funciona! El avance a grados más altos
dentro del sistema particular viene por medio del conocimiento progresivo de lo
que el fundador creyó y enseñó.
La definición de "religión" tal como se
encuentra en el “Nuevo Diccionario de
Note que esa creencia, reverencia y actitud espiritual
o emocional son las palabras claves en lo que concierne a la religión. Para ser
considerado como "religioso" todo lo que se necesita es que uno crea—eso es, damos asentimiento intelectual a las
creencias principales de una religión en particular y ejercer una actitud de
reverencia hacia el objeto(s) de esa creencia. Esta definición más o menos
cubre los miles de sistemas religiosos de creencias alrededor del mundo, pero
ciertamente no hace justicia a la cristiandad tal como es definida y delineada
por
Encontramos el “ingrediente” faltante en el
Evangelio de Juan, capítulo tres, donde encontramos al mismo Jesucristo hablando con Nicodemo, el
fariseo:
"Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. (Juan 3:3, Biblia RV-1960, énfasis mío).
Este “segundo nacimiento” (espiritual) realmente
¡envuelve el nacer en la familia de Dios y convertirse en uno de sus hijos! También
envuelve una remisión y perdón total de los pecados—algo que no es mencionado
en lo absoluto en las religiones del mundo. En adición, uno que ha nacido de
Nuevo inmediatamente recibe el Espíritu Santo de Dios dentro de sí, para
residir para siempre—otro aspecto vitalmente importante y completamente único
sobre la Cristiandad.
Por lo tanto debemos señalar lo obvio: un mero
creer en Cristo y un deseo de identificarse con y seguirlo a El, ¡no hace
a un cristiano! Hechos 11:26 nos informa que los seguidores (discípulos) de
Cristo fueron llamados “Cristianos” por primera vez en la ciudad de Antioquía. Yo
no puedo verificarlo, pero se me enseñó que porque los cristianos primitivos
hicieron tanta referencia al hecho de que Cristo estaba en sus corazones, que
algunas de las personas de Antioquía los llamaron “Crist-ianos” como un término
de escarnio. Al afirmar esto, estos primeros seguidores de Cristo estaban
testificando el hecho de que el Espíritu Santo moraba dentro de ellos.
¿Vive el Espíritu Santo dentro de usted? Si usted
no muestra evidencia de esa realidad, entonces usted no tiene derecho legítimo
de afirmar el nombre de Cristo como algo suyo. Meros intelectuales asienten a
los relatos bíblicos concernientes a Jesucristo y un deseo sincero de seguirlo
a El y sus enseñanzas no lo hace a usted un genuino cristiano! No hay
diferencia entre que tanto usted
crea en El o que tan fuerte usted
trata de vivir por El, la validez de la verdadera
salvación en Cristo es determinada por la presencia del Espíritu Santo.
¡Sin Espíritu—no hay
vida!
¡Es realmente así de sencillo! Una de los
intentos más deplorables y numerosos de evangelización masiva ha sido la
tentación abrumadora de obreros personales de ayudar a las personas a ganarse
una seguridad de su salvación. Todos los cristianos genuinos quieren ver la
salvación de sus preciosas almas y es mera naturaleza humana el querer seguir
con una recitación de la “oración del pecador” con la seguridad de que la salvación
ha sido lograda. Pero solo Dios mismo sabe que tanta cizaña ha sido llevada a
nuestras iglesias por este deseo demasiado humano de tallar otra marca en el
“mango de la pistola del ganador de almas” ¡Jamás debemos tratar de asegurarle
a alguien de algo que ha ocurrido en su propio corazón! Es algo muy estúpido de
hacer y yo debería saberlo, ¡porque yo he sido culpable de ello! Una falta de
seguridad puede ser algo saludable, porque llevará al individuo a sus rodillas
buscando el solaz y Consuelo del Espíritu Santo—algo que nosotros no tenemos
posibilidad de hacer por ellos. Tratar de evitarles la incomodidad espiritual de
no estar seguros, es locura total.
Le pregunto otra vez—¿vive el Espíritu Santo
dentro de tu corazón? ¿Estás seguro? ¿Cómo sabes que El está? No me importa que
tanto tiempo lleves afirmando ser un cristiano o que tan piadosos sean tus
padres y los miembros de tu familia, o eran. No me importa de que iglesia digas
ser miembro o el pedigrí espiritual del pastor que te bautizó, o el tamaño de
Los profesantes vienen por docenas, pero aquellos
que poseen genuinamente al Espíritu Santo son unos relativos pocos! ¿Duda usted
de mi aserción? Dúdelo si usted quiere, pero el mismo Señor lo dijo en Mateo
7:14:
"Porque estrecha es la
puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la
hallan.” (Mateo 7:14, RV-1960,
énfasis mío).
En
Mateo
"…en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron
salvadas por agua". (1 Pedro 3:20(b), RV-1960).
En el Evangelio de Lucas, uno de los discípulos
le preguntó al Señor una pregunta relativa al número de los que habrían de ser
salvos, y esto fue lo que se le dijo:
" 23Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se
salvan? Y él les dijo: 24Esforzaos a entrar por la puerta angosta;
porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. 25Después
que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera
empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo
os dirá: No sé de dónde sois. 26Entonces comenzaréis a decir:
Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. 27Pero
os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros,
hacedores de maldad."(Lucas 13:23-27,
RV-1960).
Con referencia a las masas rebosantes de la
población del mundo, solo unos pocos han sido o serán salvados en algún momento
específico de la historia. Podríamos desear que no fuese así y que los números
fuesen más altos, pero así es
Ya que la evidencia de una genuina salvación es
la presencia del Espíritu Santo dentro del individuo, ¿cómo puede ser
verificado esto? ¿Cómo podemos estar razonablemente seguros acerca de nosotros
mismos, así como de otros, sin ser hallados culpables de juzgar? Para responder
esto, tomemos primero nuestro caso—hay varias “pruebas”
que podemos tomar para determinar Su presencia dentro de nosotros: (todas las
citas de las Escrituras de
Ahora que hemos visto algunas formas de
determinar si poseemos o no el Espíritu Santo, consideremos al otro hombre, el
no salvo. La mayoría del tiempo, cuando siquiera sugerimos el ejercer
discernimiento espiritual sobre otra persona, cristianos profesantes tienen una
reacción adversa de solo pensar en “juzgarlos”—principalmente porque ellos no
entienden las enseñanzas del Señor en el Sermón del Monte, donde El dijo: “No juzguéis, para que no seáis juzgados"
(Mateo 7:1, RV-1960). La “Biblia Amplificada” lo traduce así: "No juzguéis y critiquen y condenéis a otros, para que
ustedes mismos no sean juzgados, criticados y condenados" (énfasis mío).
En 1 Tesalonicenses 5:21, el apóstol Pablo tenía
esto para decir sobre el discernimiento:
“Examinadlo todo;
retened lo bueno.”(Biblia RV-1960).
El aceptar ciegamente una profesión de fe de
alguien es una falta de ejercicio de discernimiento. No hace muchos años que
era una práctica común el esperar un período probatorio antes de aceptar a
alguien en la membresía de una iglesia. Se esperaba que el converso "caminase
el camino y hablase el hablar " antes de ser aceptado como miembro. Esta
era una simple práctica de sentido común y las iglesias de hoy estarían mucho
mejor espiritualmente si se adhiriesen a ello. Como hemos discutido
anteriormente, uno que ha nacido de nuevo genuinamente tiene al Espíritu Santo
morando en el o ella y la demostración de esta realidad es la que debemos ver
en un recién convertido—o en cualquier otro individuo que venga a nuestras
vidas profesando ser cristiano. La doctrina de la separación requiere que ejerzamos
la más extrema moderación y cautela antes de volvernos amigos cercanos con
cualquiera ¿Porqué? Porque “pájaros iguales andan en bandada” y nuestro
testimonio personal es una de las posesiones más preciosas que tenemos. Actitudes
pecaminosas y mundanas son fácilmente “contagiosas” y se supone que nos
alejemos de ellas. Dios se lo dejó bastante claro a los israelitas que se
mantuviesen alejados de los cananitas por la misma razón ¿Deberíamos hacer
menos que eso?
¿Cómo podemos percibir o detectar la presencia
del Espíritu Santo en otra persona? ¿Es eso siquiera posible? Si, es posible—pero desafortunadamente
no es “a prueba de fallas”. El medio primario que debemos utilizar es la
observación del individuo sobre el tiempo y lo que buscamos es el "fruto del Espíritu" tal como nos es
presentado en Gálatas 5:22-23, donde leemos:
"22Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra
tales cosas no hay ley." (Gálatas 5:22-23, Biblia RV-1960).
Quizás usted ha escuchado sobre algún predicador
que haga la declaración de que “no debemos juzgar a otros, pero de seguro
podemos inspeccionar frutos”. Lo que esto significa es que la presencia del
Espíritu Santo dentro de una persona salva va a producir fruto espiritual en su
vida. Por lo tanto si algún individuo que usted conoce profesa a Cristo, pero usted
no puede honestamente discernir ningún fruto espiritual, usted podría estar
errado en su evaluación—¡pero su actitud hacia esa persona debería ser una
de cautela! Es posible que ellos sean muy inmaduros y por ende carecen de producción
de fruto espiritual debido a que "apagan al Espíritu Santo " (1
Tesalonicenses 5:19). Pero en cualquiera de los casos una comunión íntima con
ellos no es sabia ¡Donde no hay fruto, no hay raíz! Jesucristo es la vid y los
cristianos son sus pámpanos (Juan 15:1-8).
Estamos siendo bombardeados con engaño espiritual
y solo va a empeorar mientras nos acercamos al fin del siglo. La actividad demoníaca
esta obviamente rampante alrededor del mundo y los cristianos deben estar
constantemente vigilantes, porque "no
tenemos lucha contra carne y sangre …"(Efesios
6:12). Necesitamos orar diariamente por discernimiento espiritual para que
podamos evitar las minas terrestres del diablo. Personas buenas haciéndose
pasar como hermanos y hermanas en Cristo—aún convencidos de que ellos son
genuinos—están dando estragos a nuestras iglesias. Hasta hay predicadores y
otros líderes quienes están perdidos y son “ciegos guiando a ciegos”. Solo el
Espíritu Santo puede protegernos de ser engañados por estas personas y debemos
depender de El—¡fuertemente!
Si usted ha aceptado a Jesucristo como su
Salvador personal, pero ha sido muy tibio en su caminar espiritual con Él,
usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. Él lo perdonará
instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces,
necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.
Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo
como Salvador, pero ha comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que
se acerca, y quiere aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede
hacerlo ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a el cómo Salvador,
usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera
allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo
tocará espiritualmente.
Si a usted le gustaría Nacer de Nuevo, vaya ahora a nuestra Página de Salvación.
Esperamos que haya sido bendecido por este
ministerio, que busca educar y advertir a las personas, de modo que puedan
ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del Anticristo-en sus noticias diarias.
Finalmente, nos encantaría saber de usted.
Puede enviarnos un E-Mail a
Dios le bendiga.