TITULO: Mundanismo
Subtítulo: La Lepra Espiritual
Es triste observar que conforme al "tiempo de la gracia" se prolonga, el pueblo de Dios, parece más determinado que nunca a adoptar las actitudes y acciones del mundo. Las modas van y vienen, pero una cosa continua constante—cada una de ellas dejan una mancha indeleble sobre ciertos segmentos de la Cristiandad. Para los que hemos acumulado un cierto "kilometraje", vemos este fenómeno desde la perspectiva de haber atravesando por ella. Deseo sinceramente poder expresar con palabras adecuadas una explicación para los jóvenes de cómo ha cambiado la sociedad en los últimos cuarenta o cincuenta años. Eso nos hace pensar de cuánto más el Señor permitirá que ese proceso continúe antes de que El venga a buscar a Su iglesia.
Como podemos esperar, la Palabra de Dios tiene mucho que decir acerca del tema del mundanismo y la separación. Dios mediante, nos gustaría explorar ambos temas a fondo. Empezaremos intentando definir la palabra "mundanismo". Es la forma sustantiva de la palabra "mundano" y el diccionario Webster lo define así: "hábito de aquellos que solo procuran el gozo temporal: no religioso ni espiritual." (énfasis mío). De esta definición vemos que no hay absolutamente una palabra que sería usada para describir a un Cristiano. Ser mundano es adherirse y seguir aquello que caracteriza las actitudes y las acciones de las masas; los incrédulos—aquellos que están perdidos. Adicionalmente, debemos entender que esto es algo extremadamente fácil de hacer para nosotros. Todo lo que necesitamos es "seguir las masas" y tomar el camino de la mínima resistencia. La naturaleza humana nos predispone hacia el mundanismo. Antes que fuésemos salvados, el mundanismo era un estilo de vida. Después de la salvación, nosotros ganamos una nueva naturaleza, pero la antigua naturaleza pecaminosa no se erradica. ¡A causa de esto, estamos enlazados a una situación que garantiza absolutamente una vida de conflicto continuo!
Quizás usted ha escuchado el cuento acerca de un viejo jefe indígena que se convirtió a Cristo. En una ocasión, dos de sus hermanos "caras pálidas" vinieron a visitarle y uno le preguntó acerca de cómo le estaba yendo en su vida espiritual. ¡El viejo jefe contestó que era como si él tuviera dos perros viviendo dentro de él— uno blanco y otro negro y ambos peleaban constantemente!
Después de conversar un poco, el hombre le preguntó: "¿quien gana la pelea?" ¡La respuesta del jefe es clásica: "Aquel que alimento más!" Mientras esto es una ilustración sencilla, nos da un retrato vívido de la batalla que enfrentamos diariamente. Si alimentamos nuestra nueva naturaleza por medio del estudio de la Palabra de Dios y la oración, creceremos "en gracia y conocimiento del Señor." Sin embargo, si continuamos conformándonos "con los desperdicios que los cerdos comen", no debemos esperar mucho progreso en la vida espiritual.
El apóstol Pablo se refiere a esta lucha en Romanos 7:15-25 . Lo qué él tiene que decir es esencial para nuestra comprensión del problema, así que lo citaremos en su totalidad:
"Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡ Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, más con la carne a la ley del pecado. (Biblia Reina Valera-V. 1960)
Esta lucha interior que Pablo describe tan apropiadamente, debe ser igual a la que cada uno de nosotros experimentamos. ¡Sabemos lo que es mejor, pero no siempre hacemos lo mejor! ¿Cierto? Bien, debo apresurarme a decir que por el hecho de que esto es una aflicción común en nosotros, nunca debemos procurar excusar nuestras acciones. Permitir que las actitudes, las acciones pecaminosas y mundanas permanezcan en nuestras vidas es convidar problemas mayores. El apóstol Juan nos amonesta en 1 Juan 2:15-17
"No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre". (Biblia Reina Valera-V. 1960)
Creo que cada uno de nosotros puede ver en estos versos que el amor al mundo es un verdadero peligro para el Cristiano. Nuestra naturaleza caída—que está con nosotros desde el nacimiento—esta naturalmente inclinada y preparada a las atracciones que nos rodean. ¡Nunca antes en toda la historia de la humanidad esto fue más problemático que en la actualidad, y cada día empeora! Se dice que una de las razones principales de la caída del Imperio Romano fue el apetito insaciable que el pueblo desarrolló hacia el placer y la diversión. Los que aman la diversión y el entretenimiento de este mundo se privan de las cosas que son realmente importantes en la vida. Este tipo de conducta es una forma de escape, para no enfrentar las realidades de la vida diaria. Como los Cristianos no somos inmunes a la enfermedad del mundanismo, debemos reconocer que es como una lepra espiritual y hay que evitarla. (La enfermedad de la lepra, a menudo mencionada en la Biblia, siempre es retratada como típico del pecado).
En toda la Biblia, los Cristianos son exhortados constantemente a buscar sabiduría—pensar, actuar de una manera responsable, todo el tiempo—para nuestro propio bien y el bien de otros. ¡Una de las tragedias de la vida Cristiana es ver aquellos que profesan el nombre de Cristo revolcarse en la suciedad de este mundo y entonces intentar "dar testimonio" para El! Las acciones hablan mucho más fuerte que las palabras y cada uno de nosotros debemos darnos cuenta de que estamos en escena, y nuestras acciones están siendo observadas todo el tiempo. Una vez que tomamos el primer paso de identificarnos con Cristo (bautismo), nos convertimos en hombres y mujeres, chicos y chicas marcados—pues el mundo esta apenas aguardando solo la primera oportunidad para llamarnos hipócritas! Satanás es el dios de este mundo y él intenta explorar cada falta nuestra. Amar las actitudes y las filosofías predominante en nuestra cultura es una garantía de ruina en su testimonio como hijo de Dios.
¿Qué quiero decir con la palabra "testimonio"? Hubo una época cuando la terminología de fe era tan largamente comprendida que se podía asumir que todos la entendían, pero tal no es el caso hoy. Por eso yo trato generalmente definir ciertos términos. Su testimonio Cristiano es similar a su personalidad, ese es usted—lo que realmente usted es—cómo usted se presenta a los otros con relación a su profesión de fe. ¿Practica usted lo que predica? Si usted lo hace, se puede decir que usted mantiene un buen testimonio para Cristo. Después de la salvación, el testimonio es la posesión más preciosa que usted tiene. Así que manténgalo limpio y no permita que la inmundicia de este mundo lo dañe.
El mejor testigo para Cristo es una vida que es llena y controlada por, El Espíritu Santo. Muchos Cristianos tienen la idea errónea de que dar testimonio consiste únicamente en "predicar el evangelio". Ya que entendemos y estamos de acuerdo en que el aspecto sobrenatural de la salvación implica definitivamente el mensaje del evangelio, nuestro testimonio de modo alguno no está limitado solo a eso. Independientemente se perciba o no, la mayoría de las personas prestan mucho más atención a lo que hacemos y cómo actuamos, que a lo que decimos. Como dice un viejo adagio, "Hablar no cuesta nada!". Algunas personas que hablan mucho terminan siendo avergonzados ante el desafío de "muéstreme o cállese". ¡La actitud que la mayoría de nosotros tenemos es, "no hables solamente, muéstramelo!" Las acciones hablan mucho más fuerte que las palabras. Cuándo nosotros vivimos aquello que hablamos, nuestras palabras llevarán mucho más peso cuando hablamos. Si las personas ven que somos verdaderos creyentes y que nuestras vidas irradian la realidad de lo que profesamos, ellos estarán mucho mas abiertos al mensaje que nosotros le predicamos. ¡Los hipócritas son despreciados en todas partes y no es de extrañar! El mundanismo y la Piedad son totalmente incompatibles—como el petróleo y el agua, que no se mezclan. Pero a pesar de las amonestaciones de la Biblia acerca del mundanismo y sus consecuencias, muchos Cristianos insisten en tratar de "cabalgar a la moda". (Para aquellos de ustedes que siempre han vivido en un ambiente urbano, esta expresión no tiene mucho sentido—sin embargo para aquellos que han tratado de saltar sobre una cerca con alambre de púas—seguro lo conoce) ¡Tratar de cabalgar a la moda, manteniendo un pie en el mundo y el otro pie en el cielo hace probable conseguir un par roto de pantalones!
Otra manera de ilustrar este punto es con una historia sobre el viejo Oeste americano. Un hombre propietario de una empresa de transportación estaba entrevistando a los candidatos a conductores. El trecho del camino que él escogió para su prueba estaba en una montaña que tenía un barranco, de cientos de pies, de uno de sus lados. ¡Sus instrucciones eran relativamente sencillas: "Vea que tan cerca de un lado del barranco usted puede venir, sin caer!" Primero uno, después el otro candidato intentaría llevando los caballos más cerca y más cerca a la orilla. Finalmente, cuándo un hombre se presentó a recibir sus instrucciones, él contestó, "¿Está usted loco? ¡Yo los conduciré tan cerca de un tramo de la montaña, como me sea posible!" ¡"El empleo es suyo", el jefe exclamó! El riesgo era demasiado grande y eso es precisamente el punto que queremos dejar claro sobre enredarse con el mundanismo. ¿Si usted se parece al mundo, actúa como el mundo, y huele como el mundo—cómo el mundo conocerá la diferencia? ¿Por qué debemos pensar nosotros que ellos serían atraídos a Cristo por medio de nuestro testimonio, cuando parecemos virtualmente uno mas de ellos? ¡Como algunos niños dirían, "Duh"!
Otro aspecto muy importante de nuestro testimonio implica la doctrina bíblica de la separación. Creo con todo mi corazón que esta es una de las doctrinas menos entendidas y enseñadas de la Palabra de Dios, hoy en día. Cuándo se menciona, es generalmente con generalidades y tópicos, pero la Biblia es tanto explícita como implícita con respecto a la enseñanza. Explícita porque el asunto está tratado claramente e implícita porque esta el contenido en principio en toda ella. Pasemos justamente al centro de este tema y veamos si tocamos algún nervio crudo!
Por favor valla a 2 Corintios 6:14-18, donde leemos :
"No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y que concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el Templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso " (Reina Valera- V. 1960)
Pablo, escribiendo bajo la influencia y la inspiración del Espíritu Santo, dice que debemos separarnos de los incrédulos y no entrar en ninguna alianza ni asociaciones con ellos. La palabra "yugo" se refiere a una herramienta de madera utilizada para atar por las cabezas a los bueyes, para el arado. Si alguien intentase unir a un buey con un mulo, por medio de un yugo, el resultado sería desastroso porque ellos juntos no trabajarían bien. Dos bueyes o dos mulos sería bien, pero la diferencia entre temperamentos y tamaño, entre bueyes y mulas, no permitiría mezclarlos. El punto aquí es que los creyentes deben evitar cuidadosamente las situaciones en la que se pudiera hacer una "yunta" con un incrédulo. Esto incluiría (pero no sería limitado a) ejemplos como el casamiento, las asociaciones para negocios, las asociaciones voluntarias (las asociaciones del club, etc.) por medio de las cuales aquellos que no tengan los mismos valores espirituales, puedan ejercer presión sobre nosotros, las amistades intimas con personas equivocadas deben ser evitadas.
Yo me acerco a este tema "con temor y temblor" porque sé de la pasada experiencia dolorosa de muchos creyentes y reaccionan en una manera emocional a lo que ellos tratan de caracterizar como "legalismo". En primer lugar no es el legalismo, porque esto no trata de imponer la Ley del Antiguo Testamento sobre los Cristianos. Es una prohibición muy sana y sensata pienso, y ayuda a mantener la pureza de nuestro caminar con Cristo. Usted no puede jugar en un montón de carbón sin ensuciarse. Es realmente tan sencillo como eso. "No moleste al problema y el problema no lo molestará." ¡Por supuesto, los que ya son casados con incrédulos, o ya entrado en las relaciones que son inevitables, no deben hacer que la situación empeore! Esta enseñanza es dirigida principalmente a la prevención, pero a veces el incrédulo (incrédulos) en cuestión arruina la vida espiritual del Cristiano y por eso la relación se debe romper. Si usted piensa que esto es drástico, lea en Esdras, el capítulo diez, y vea lo que Dios exigió de los sacerdotes y Levitas que se habían casado con mujeres extranjeras. ¡Servimos al mismísimo Dios hoy! La separación se enseña desde Génesis al Apocalipsis, pero no es un tema popular.
No sólo debemos mantener la separación personal, sino también se nos enseña a mantener la separación "Eclesiástica". Esto es una enseñanza implícita y requiere madurez espiritual para comprender toda su implicación. La palabra griega "ekklesia", a menudo traducida como "iglesia", es la palabra de raíz para "eclesiástico"—referente a iglesias y/o congregaciones. ¿Qué significa mantener la separación eclesiástica? ¡Detesto ser extremadamente directo, pero significa permanecer alejado de cualquiera que diga ser Cristiano, pero que obviamente no cumpla las enseñanzas de Cristo! Amado, hay una diferencia vasta entre "profesores" y "poseedores". Somos totalmente amonestados en la Palabra de Dios, en cuanto a juzgar a otros—condenarlos injustamente y dictar sentencia sobre ellos a manera de juez—pero también se nos exhorta a "demostrar (probar) todas las cosas". Dios espera que nos mantengamos en guardia espiritual y no nos dejemos llevar de las apariencias. Seguramente usted sabe que "todo lo que brilla no es oro". Las iglesias y los miembros que tergiversan las enseñanzas de Cristo y niegan que las doctrinas esenciales de la fe Cristiana deben ser evitadas. Simplemente porque ellos afirman que ser Cristiano es una virtud dada, por pertenecer a la membresía de una iglesia, es una afirmación tan falsa como afirmar que uno es un coche parado en un garaje.
Estamos viviendo en "los últimos días" y creo honestamente que las cizañas sobrepasan mucho el trigo. Muchos, si no todos, de los más respetados y renombrados predicadores y evangelistas del mundo, hoy en día, están "coqueteando" con la Iglesia Católica Romana y con su programa ecuménico mundial. ¡El engaño demoníaco está desenfrenado y crece cada día! Mi trabajo es decir la verdad, no importa si esto lo enoja o no. Este concepto de la separación es un asunto importante y solamente he rasguñado la superficie, por así decirlo. Es esencialmente importante que el pueblo de Dios sepa y entiendan los principios y los preceptos de Su Palabra, así que con la ayuda de Dios—continuaremos bateando bien lejos esas "vacas sagradas" para ayudarlo a madurar en la fe.
Finalmente, hay un asunto de la separación que anda causando furor en algunos círculos. Implica si la Biblia enseña o no la separación de creyentes genuinos. Esto resulta continuamente un asunto emocional para algunos, pero debemos determinar antes que nada, si esto tiene base Bíblica—y si eso es el caso, qué debemos hacer para conformarse nuestra vida con esta enseñanza. Una vez mas, quiero recordarle de la terrible perspectiva que Dios tiene acerca de nuestro pecado. El odia el pecado con todo su ser y para redimirnos de las garras del pecado, le costo la vida de su Hijo unigénito. No existe "un pecado pequeño" —un concepto de origen puramente humano y la carne tiene una tendencia definida para creerlo. Dios quiere que nos apartemos del pecado en todas sus formas de la miríada y cualquier enseñanza que enfatice este principio debe ser considerada, nos guste o no. Este es el caso que está delante de nosotros. ¿Hay un tiempo cuando debemos distanciarnos de los otros creyentes ? ¡Francamente, la mayoría de los predicadores conservadores y fundamentalistas probablemente griten, nunca! Creo que ellos se equivocan y espero ser capaz de indicar por qué ellos se equivocan. La unidad entre hermanos es algo que se debe mantener, si es posible—pero a veces las actitudes y las acciones pecaminosas por parte de individuos requieren la acción rápida y decisiva por el cuerpo de Cristo.
En 1 Corintios capítulo 5, tenemos una situación en la que uno de los hermanos vivía en clara inmoralidad con su madrastra. Aparentemente este hombre era rico e influyente en la comunidad y a causa de su posición social, la iglesia no " o daba" por aludido. Cuándo Pablo se enteró del asunto, él escribió esta epístola para instruirlos a corregir el problema. ¡En el verso 13 él ordena que el hombre sea excluido de la iglesia—lo excomulgan! ¿"Pero Pastor Ron, eso no es ser excesivamente severo?" Algunas veces Las medidas drásticas son necesarias para corregir aquellas que son vistas con pequeña importancia. La inmoralidad entre los hermanos no debe ser tolerada. ¡Punto final! Cuándo un individuo ha sido tratado como el propio Señor especificó en Mateo y él no escucha las enseñanzas y las amonestaciones de la iglesia, él debe ser excluido de la comunión. Observe el verso 17 dice (en la parte b): "…y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. (Reina Valera-V. 1960)
Los tres pasos para tratar con el pecado evidente son : (1) la amonestación Privada—de un hermano a otro, (2) la Amonestación que es presenciada por uno o más hermanos, y (3) la Amonestación por la iglesia reunida. Si esa persona no escucha la amonestación de la iglesia, entonces él o ella deberá ser excomulgada y ser tratada como si fuese un incrédulo (alguien que anda perdido en sus pecados). Debemos esperar que esta decisión nunca deba ser tomada, pero si llega a ser necesario, debemos orar para que el individuo (si verdaderamente es salvo) estará tan avergonzado de sí mismo que se arrepentirá y buscará el perdón y la restauración. Gracias a Dios, el hombre en Corinto se arrepintió y fue restaurado a la comunión de la iglesia.
Para enfatizar el punto que esa separación se requiere en este tipo de situación, veamos nuevamente el verso 9, en adelante, de 1 Corintio, el capítulo 5:
"Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios ; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras, pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí, que no os juntéis con ninguno que llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idolatra o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. (Biblia Reina Valera-V. 1960)
Esto debe dejar claro que debemos evitar a los hermanos que profesan creer, bajo ciertas condiciones. El "por qué" de este evitar se hace aún más claro en el Libro de 2 Tesalonicenses. En el capítulo 3, los versos 6, 14, y 15 leemos de la siguiente manera: (Verso 6) "Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros.
(Versos 14 y 15) "Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano. (Biblia Reina Valera-V. 1960)
Los que disienten de esta enseñanza—insistiendo que esa unidad se deba mantener a toda costa— a pesar de la claridad del texto. La mayoría del que tiene esta posición insiste que la enseñanza (2 Tesalonicenses 3) sea solo pertinente a esa situación. ¡En otras palabras, Pablo amonesta algunas de estas personas porque ellos pensaron que el arrebatamiento sucedería en cualquier momento y dejaron sus trabajos, vendieron sus posesiones, y estaban ociosos y aguardando el momento! Ellos se negaron a hacer cualquier trabajo para ayudar a sostenerse y habían llegado a ser una carga a la iglesia. Mientras es verdad que Pablo esta hablando sobre una situación particular, su enseñanza de 1 Corintios debe dejar claro que el principio es el mismo. ¡Los pecados específicos son totalmente diferentes, sin embargo son pecados también! Parecería que el sentido común debe dictar que Dios odia el pecado y ordena que nos separemos de este—incluso si esto significa evitar algunos hermanos. Observe las razones para esta actitud—la separación—es que el hermano ofensor quizás se avergüence. La idea es tratar de que se arrepienta y vuelva al sendero correcto. Si no somos cuidadosos, podemos saltar a la conclusión errónea de que la practica de la separación exhibe una actitud "más santa que usted". Mientras esto es siempre una posibilidad, simplemente porque se puede ver como tal no significa que debemos desconsiderar totalmente la enseñanza. ¡Eso sería como tirar fuera al bebé junto con el agua de la bañera!
El próximo paso lógico de la separación es también sumamente polémico. ¿Qué hacer con los hermanos que no atienden esta enseñanza y continúan asociándose con aquellos que debieran ser evitados? Llamo su atención de vuelta al verso 14 de nuestro último texto: "Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta…." Ciertamente debemos ver que la eficacia de la enseñanza dependerá del grado en que la practiquemos.
Si "alguien " en la iglesia ignora la amonestación de Pablo, el efecto deseado de avergonzar al hermano ofensor es disminuido. Para evitar los que ignoran esta enseñanza—aquellos que continúan asociándose y confraternizando con individuos que, por sus actitudes y acciones, merecen ser avergonzado—es denigrado como "separación de segundo-grado". ¿Su argumento es: "Dónde está trazado los limites?" ¿"Retrocedemos nosotros ‘el tercer-grado' y ‘el cuarto-grado', etc.?" Este tipo de razonamiento es infantil, ya que ensombrece el asunto recurriendo a extremos ridículos. Obviamente siempre vendrá un punto de "regresos decrecientes" —más allá por lo cual sería inútil continuar la separación. Sin embargo, para ser fiel a la intención original de las instrucciones de Pablo que debemos forzarnos a encarar el hecho que hermanos pueden desviarse e ir por mal camino. Es el deber de los Cristianos maduros reconocer la importancia de mantener la pureza en nuestro andar; la obediencia a la enseñanza Bíblica y una separación de todo pecado conocido.
Mencioné anteriormente el deseo de poder comunicar a los Cristianos más jóvenes los grandes cambios que han ocurrido en la sociedad durante los últimos cuarenta o cincuenta años. Estos cambios, con la degradación resultante de valores espirituales, ha partido los corazones.
Las cosas andan peores, los valores de aquellos tiempos antiguos no eran nada de que jactarse. La Santidad y la piedad personal son términos que casi han llegado a extinguirse—restos arcaicos de una época pasada. La historia casi ha dado una vuelta completa en circulo y volvemos a la condición descrita en los Libros del Antiguo Testamento, Deuteronomio (12:8) y Jueces (17:6 y 21:25) : "Cada uno hacía lo que bien le parecía" La Biblia—la Palabra de Dios, literalmente—es ignorada por la mayoría de aquellos para quienes fue dada como el patrón absoluto de fe y práctica. Como resultado directo la iglesia ha perdido la capacidad de ser la "sal de la tierra" en una sociedad que está en las últimas etapas de la putrefacción moral. ¿Qué podemos hacer acerca de esto? A menos que el Señor decida realizar un milagro de una magnitud no pequeña, la situación no será corregida. ¡Sin embargo, como dice el antiguo himno, "Brilla en medio de donde estés!" No importa si el resto del mundo esta decidido a seguir el camino errado; cada uno de nosotros debemos hacer lo mejor que podamos para andar en la luz de la Palabra de Dios y buscar la santidad. Todos estaremos delante del Tribunal de Cristo, como individuos, para dar cuenta por "las obras hechas en la vida". Nuestra recompensa eterna será determinada por cuán obediente hemos sido a los mandamientos del Señor.
Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha estado muy tibio en su andar espiritual con El, usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. El instantáneamente lo perdonará, y llenará el corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, usted necesita empezar un andar diario de oración y Estudio personal de la Biblia.
Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha venido a darse cuenta de Su realidad y el Fin de los tiempos esta cerca, y quiere recibir el Don Gratuito de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la intimidad de su hogar. Una vez usted Lo acepta como Salvador, usted espiritualmente nace otra vez, y pasa a tener la certeza de la vida eterna en los cielos como si usted ya estuviese allí.
Entonces, usted puede descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.
Si usted quiere saber como nacer de nuevo, vaya a nuestra Página de Salvación.
Esperamos que usted haya sido bendecido por este ministerio, que procura educar y advertir a las personas, para que así ellos pueden conocer la llegada del Nuevo Orden Mundial—el Reino del Anticristo—en sus noticias diarias.